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Con Olmo, Fernando Eimbcke abrió la competencia en el FICM

En el primer día de actividades de la sección de largometrajes mexicanos del 23 Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) se presentó Olmo, cuarto largometraje de Fernando Eimbcke, uno de los más esperados de la competencia. La película ya pasó previamente por los festivales de Berlín, Deauville y muy recientemente San Sebastián.

El guion escrito por Vanesa Garnica y el propio Fernando Eimbcke transcurre en 1979, en Las Cruces, una pequeña localidad de Nuevo México. Olmo es un adolescente de catorce años y parte de una familia mexicano-estadounidense. Su padre está postrado en cama debido a la esclerosis múltiple, por lo que requiere atención constante. Su hermana Ana tiene problemas para socializar y fuma con desesperación, mientras que la madre debe trabajar tiempo completo para hacerse cargo de los gastos del hogar.

Desde las primeras secuencias nos hacen notar el interés romántico del protagonista, una vecina que se pasea en shorts por delante de su casa y que, sobra decirlo, desata toda clase de pasiones en el adolescente. Lo que sigue es la presentación de la familia por medio de una escena caótica en donde el padre moja el colchón y a trompicones todos en la casa tratan de solucionar el accidente.

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Lo que importa aquí es averiguar la relación que guarda cada uno de los integrantes de la familia con la enfermedad del padre. Es evidente que hay amor, pero también que cada uno de ellos busca combinar sus intereses con los objetivos comunes. El más claro ejemplo es el de Olmo, quien busca llamar la atención de su vecina, pero al mismo tiempo haraganear con su mejor amigo y también cuidar, en la medida de lo posible, a su padre.

Olmo

La fortaleza que requiere el adolescente para atender las problemáticas del mundo adulto nos llevan al origen de su nombre. El olmo se considera una madera muy resistente, especialmente al agua, por eso hacían con ella los barcos en la antigüedad, aclara el padre, tras pasar la noche en el hospital.

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Durante la rueda de prensa posterior a la función, Fernando Eimbcke cuenta que desde su última película Club sándwich (2013), estuvo viviendo un tiempo en Alemania. Ahí leyó y vio mucho cine, participó en el filme coral Berlin, I love you (2019), hasta que la productora estadounidense Plan B lo contrató para escribir un guion sobre un neurocirujano, pero también buscaban uno sobre migrantes y al final los astros se alinearon para darle forma a la cinta que nos ocupa.

Aunque el propio Eimbcke reconoce que una sociedad se define por el cuidado que le brinda a sus enfermos, no considera ser el portador de ninguna clase de mensaje, simplemente siente que su labor es contar historias. Si volteamos a su filmografía, vemos que dichas historias casi siempre son sobre adolescentes, del género coming of age. “Soy fan del melodrama”, dice con entusiasmo, “los adolescentes son el vehículo perfecto para contar esas historias”. En este momento no hay fecha para su estreno en México, pero el cineasta mexicano anuncia que ya tiene lista una nueva producción, titulada Moscas, la que seguramente iniciará su recorrido por festivales el próximo año.

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