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Desde allá: un relato de amor prohibido en la Venezuela conmocionada

Desde allá (2015), ópera prima de Lorenzo Vigas, es una de las escasas producciones venezolanas que han tenido cabida en la cartelera comercial local (la última que recuerdo es Elipsis, del ya lejano 2006). A casi un año de haberse presentado en el Festival de Cine de Morelia, la cinta es llevada a las salas de cine por cortesía de la distribuidora Cine Caníbal. Este drama de amor-odio caraqueño tuvo un recorrido importante por el circuito de festivales, entre los que destacan San Sebastián y Venecia, en donde se alzó con el León de Oro, el premio más importante que concede el reconocido certamen italiano.

La historia se desarrolla en la capital venezolana, en donde Armando, un huraño técnico dental, ocupa su tiempo libre seduciendo jovencitos a cambio de considerables sumas de dinero. Su peculiar afición tomará un sesgo inesperado cuando se obsesione con Elder, un delincuente menor con quien entablará una destructiva relación de dependencia al tiempo que intenta dar un cierre definitivo a un misterioso secreto de su pasado.

El guion escrito por el propio Lorenzo Vigas está basado en una idea que coescribió con su amigo y mentor Guillermo Arriaga, el afamado guionista mexicano. La dupla ya había trabajado anteriormente en conjunto para la realización del cortometraje de ficción Los elefantes nunca olvidan (2004), que pudo verse entre otros, en los festivales de Cannes y Morelia.

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Más allá de la relación homosexual entre un hombre maduro y un adolescente que pudiera recordar de entrada a La virgen de los sicarios (2000), de Barbet Schroeder (basada en la novela homónima de Fernando Vallejo), el tema central del filme pudiera interpretarse como la paternidad, la cual aparece constantemente en el filme: la hermana que vive cómodamente y decide adoptar, el padre golpeador que terminó en la cárcel y el progenitor que ha cometido un hecho innombrable que le hace merecer la muerte.

El gran acierto en el reparto fue la inclusión del chileno Alfredo Castro, de rostro impasible y que sabe transmitir las emociones de un hombre solitario que roza la misantropía. El actor saca provecho de las tomas fijas, del ritmo lento del filme y de sus escasos diálogos, que ocultan un misterio del pasado de su personaje. En tanto que el casi debutante Luis Silva, sale bien librado aunque no sin ciertas dificultades.

La ciudad de Caracas es un elemento importante en la cinta. Se muestra imponente y caótica. Los recorridos van de los barrios populares, repletos de feos edificios multifamiliares y comercios ambulantes hasta las zonas más pudientes de la urbe. Vemos también en el filme las enormes filas para conseguir alimentos en el complejo entramado económico, político y social de la Venezuela contemporánea.

Pudiera pensarse que debido a su temática (y la clasificación que le otorgaron para su exhibición), Desde allá se regodea en el tremendismo exacerbado. Sin embargo, Lorenzo Vigas elige transitar por caminos menos obvios para conseguir un drama sólido de una cercanía casi documental. Podrá no agradar al público más conservador pero indudablemente es un gran debut de un cineasta prometedor.

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