Fuegos
Margarite Yourcenar
Este libro editado en Punto de Lectura en el 2000, reúne una serie de poemas en prosa que la escritora de origen belga escribió por ahí de 1935. La misma autora dentro de su prólogo, la refiere como “producto de una crisis pasional”. Son textos extraídos en su mayoría de sus diarios íntimos, donde el amor es el “punto de partida del canto”, es el eje fundamental que lleva a contar historias con personajes míticos de la antigua Grecia, a los cuales les construye, a través de su herida, sus propias historias, desgarradoras, extenuantes, que rompen con lo convencional y se desnudan los sentimientos más profundos. Son textos llevados a la tragedia provocada por el amor, por la indiferencia, situaciones personales manejadas literariamente de manera admirable, con una elegancia clasicista, llevados a los placeres comunes del hombre, como el deseo carnal. Al ser textos de tal carga emocional, la autora pensó en no publicarlos nunca, de hecho su libro comienza así: “Espero que este libro no sea leído jamás”; cada capítulo está divido por una serie de decretos, de llamados a ese amor inexistente ya. Los poemas se construyen de elementos específicos, sin embargo, no todos poseen lo que este libro si: atemporalidad.
Alejandra Quintero
Una violeta de más
Francisco Tario
Uno de los extraños de la literatura mexicana aparecido por primera vez en 1968, y uno de los libros de cuentos más raros aparecidos en aquel tiempo en el país. Se trata de 16 historias que dan lugar a los más disímiles personajes, en las situaciones más cotidianas, que en la pluma de Tario (quien se dedicó un tiempo de su vida a defender la portería de clubes amateurs de fútbol) se vuelven irreales, casi fantásticos, sin perder su mundano aspecto. Por este libro aparecen asesinos, caníbales, fantasmas, ciclistas, micos, etc. que van de situaciones delirantes a desesperadas a la vuelta de la página. El texto “Un inefable rumor” da cuenta de un vendedor que desea desesperadamente dormir, pues al día siguiente debe asistir a una convención de camiseros, ante un inasible rumor que lo acosa. Es el mejor ejemplo del efecto que puede causar su lectura, un rumor que no podrás olvidar aunque te encuentres aturdido respondiendo preguntas inverosímiles en alguna feria estatal o nacional. Como a todo libro, llegaremos a sus páginas como el personaje del cuento “La vuelta a Francia”, internado en un manicomio, continuaremos leyendo aún cuando soltemos el libro, las luces se hayan apagado, y seamos sólo un recuerdo persistente.
Óscar Quevedo