Dijo el conductor del programa de televisión Farándula 40, Horacio Villalobos, después de ver la quincuagésima octava edición de la entrega de los Arieles, que éstos no sirven ni para detener la puerta de la casa, y la verdad tiene razón.
Aunque la cineasta María Novaro ya había expresado —hace dos décadas—, que sí sirve para eso; no sólo el Ariel, sino las Diosas de Plata y los Heraldos, pues con esas estatuillas detiene las puertas de su hogar. Avísenle a Villalobos.
Con estos comentarios pasé la semana posterior a la entrega del Ariel 2016, esperaba no volver a mencionar más al respecto, pero una semana después apareció el comunicado de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), señalando la censura por parte del Canal Once. Por cierto, díganle al Secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, que no es la Academia de las Ciencias Cinematográficas, como la definió en el Auditorio Nacional.
El 10 de junio de 2016, este comunicado interrumpió mi emoción por la goliza que le estaba poniendo Lionel Messi a la selección panameña de futbol, en la Copa América. Era, sí, el “pronunciamiento” de la AMACC que comenzó a correr por las redes sociales esa noche. La figura de la actriz Dolores Heredia con rostro de indignación, como si se tratara de una telenovela del Canal de las Estrellas o un promocional para el MoReNa de López Obrador, acompañaba el «extrañamiento» ante «la decisión unilateral”, tomada por el Canal Once, durante la transmisión de la entrega del Ariel 58, el pasado 28 de mayo, en la que omitieron —ahí se lee—, el discurso inaugural de la Presidenta de la Academia, Dolores Heredia —en el que utilizó, por cierto, figuras poéticas tan hermosas como: “¿Podremos engordar el alma de nuestro cine para seguir haciendo mejor cine?” También subrayaron la “edición” a las palabras de los galardonados, entre los cuales destacan las del cineasta Paul Leduc, homenajeado con el Ariel de Oro.
Primero, qué tarde les llegó la indignación a los de la AMACC (dos semanas después); segundo, Canal Once hasta donde sé no hizo una retransmisión del Ariel sino un programa especial para la televisión, sí, realizó un transmisión por internet del evento junto con la alfombra roja, que por cierto les quedó terrible, ya que los conductores no sabían ni pronunciar la palabra “quincuagésima”. Debajo de este video se lee: “Si te perdiste la transmisión de la noche de los Arieles 2016 por Canal Once, aquí te dejamos el programa completo de la 58º entrega del premio Ariel: ¡Disfrútalo!”
Una vez más fue programa especial, no retransmisión; y tercero, al siguiente día, el domingo 29 de mayo, la emisión que la misma Academia anunció como “retransmisión del Ariel” en su página, era la misma que vimos la noche anterior en Once TV esa que tuvo “atisbos de censura”, como tildó la AMACC recientemente, aunque los de la televisora ya lo habían denominado a eso como “criterios” que respondieron a “factores de producción”, para ofrecer “un programa ágil y representativo” del Ariel.
Llama la atención, además, que la Academia se haya tardado tanto en fijar una postura al respecto (más de diez días): ¿Por qué? ¿Dónde queda también el Canal 22 en todo esto? ¿Lanzarán otro “pronunciamiento” dentro de dos semanas? ¿Qué mensaje intenta mandar la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas al raquítico público que le interesa saber sobre esto? ¿En qué época vive la AMACC? ¿Qué hará para el siguiente año? Honestamente todo esto es un desastre. Es como una película mexicana con humor involuntario. Ya lo dijo Horacio Villalobos: “El Ariel no sirve ni para vengarte de tu marido”. No sé, lo dijo él.