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El aventón del mal

 Pedir aventón en este país es algo peligroso, lo sabía Ida Lupino desde 1953 cuando se estrenó su película The HitchHiker (La muerte al acecho), que se desarrolla en la frontera norte de México, luego de que dos «pescadores» son «levantados» por un desconocido en la noche.

The Hitch-Hiker (1953)

Por Omar Arriaga Garcés

En una película en blanco y negro en que los periódicos giran para dar las noticias y se usa música tipo La consagración de la primavera de Stravinsky, es decir, música contemporánea de la primera parte del siglo XX, poderosa, arcaica y que da la sensación de que nos caemos en un abismo, Ida Lupino cuenta la historia de Roy Collins y Gilbert Bowen, dos estadounidenses de mediana edad que viven en el sur de la Unión Americana y quieren cruzar la frontera con rumbo al poblado de San Felipe, aparentemente para obtener algo de diversión.

El pretexto que le cuentan a sus esposas es que irán a pescar cerca de las montañas; sin embargo, el asunto se complica después de que los dos «pescadores» pasan por Mexicali, dejando atrás el danzón y los cabarets en que suena la marimba de un México de mediados de siglo, ya que deciden parar en la noche para darle ride a un desconocido de chamarra de cuero que primero les dice «soy Emmet Myers», y luego los encañona y los obliga a manejar hacia Santa Rosalía, a fin de tomar un ferry rumbo a Guaymas, Sonora, para escapar.

Escapar de la justicia de los EEUU, pues el tal Emmet Myers es un asesino con más de tres muertos en su haber, que utiliza a Collins y Bowen para conseguir sus fines al atravesar el desértico norte de México, lleno de campesinos de sombrero y con burros que caminan al lado del camino.

Aunque al prender la radio del automóvil durante diez segundos resulta que en las noticias se habla de los crímenes de Myers, lo que parece un tanto inverosímil, Ida Lupino consigue con The HitchHiker una obra que mantiene la tensión en todo momento, considerada la primera película dirigida por una mujer en los Estados Unidos, algo más que notable, luego de que aún en nuestros días siga siendo poco común que hallar mujeres directoras, tal como Juliette Binoche comentó durante la rueda de prensa de Nubes de Sils Maria, de Oliver Assayas.

El que el asesino duerma como las serpientes, con un ojo abierto, y el que haya ciertos tópicos de México, como un hombre bigotón y sombrerudo totalmente borracho y dormido en una cantina, son elementos que nos contrastan entre sí, pero que ofrecen una inusitada complejidad, como si uno estuviera viendo una cinta de la Época de Oro del cine mexicano y se metieran en ella elementos extraños, fuereños, que no pertenecen al mismo canon de imágenes e historias.

Un trabajo proyectado por el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) en la sección «México imaginario», que se compone por películas extranjeras que tienen como tema nuestro país, para hacernos partícipes de la mirada que sobre nosotros tiene el mundo. La muerte a acecho será exhibida de nueva cuenta el viernes 24 de octubre en la sala 5 de Cinépolis Centro a las 18:30 horas.

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