Revés Online

El festival de cine, entre paréntesis

Por Omar Arriaga Garcés

Quizá sea que en 2012 el inicio del FICM se cruzó con los días de muertos, pero parece como si este año fuera menos el público, aun y cuando los boletos para casi todas las películas con cartel están agotados; aunque ya se darán a conocer las cifras una vez concluya el mismo.

Salvo momentos como el de la llegada de Quentin Tarantino o el de Robert Rodríguez y Danny Trejo, es como si esta edición estuviera más deslucida, y no del modo en el que algunos medios electrónicos lo han expresado, publicando que si el Palacio de Gobierno se convirtió en lupanar, que si el evento es elitista (por desgracia, el cine es elitista cuando no todos los habitantes de un país tienen TV o pueden pagar un boleto para) o que si el gobierno ha gastado nueve millones de pesos en el FICM.

machete 2

Lo de los recursos públicos es entendible, y más cuando acabo de decir que el evento el cine es elitista: algo debe hacerse, claro, pero el festival mismo no es el momento ni el lugar y, en todo caso, debe uno preocuparse por los nuevos impuestos, las reformas, los desvíos, la corrupción y otros tantos casos.

Asimismo, es obvio que el cuidado de los edificios públicos debe ser prioritario para una de las diez ciudades Patrimonio Cultural de la Humanidad de México. Con todo, no se ven las críticas al evento en sí; a la selección de las cintas y a la organización, detalles que sí competen de manera directa a quienes realizan el FICM, considerado uno de los mejores del país. Y en este sentido hay pros y contras.

Pros: de los largometrajes que he podido ver, no hay uno solo de nivel bajo, entre películas mexicanas, estrenos internacionales y la Semana de la Crítica del Festival de Cine de Cannes, Francia; un plus con respecto a otros eventos fílmicos en México. Asimismo, en esta línea de convenios internaciones el FICM se consolida.

Contras: sin embargo, luego de asistir a un par de funciones del Programa de Corto Mexicano, me parece que los trabajos no han estado a la altura en general, y que otros festivales del país tienen en ese sentido más experiencia; uno en particular, al grado de que algunos cortometrajes filmados en un solo día, rodados en la misma ciudad donde se efectúa el evento, tienen un nivel similar o francamente superior a algunos de los seleccionados en Morelia.

Del mismo modo, no sé si sea desconocimiento de quien este texto suscribe, pero parece que hay menos curadurías en relación a otras ediciones del FICM, es decir, trabajo de rescate y restauración de cintas con gran valor y en un estado físico precario que, luego se exhiben en el evento con algunas conferencias y explicaciones de por medio para contextualizar las películas. Uno de los puntos fuertes de este festival.

Otro detalle tiene que ver con la organización, donde por momentos ha habido algunos desaguisados: las salas del Centro a veces son ya pequeñas para el evento, que ha crecido, sí, pero cuyos mecanismos de los últimos años parecen mantenerse. La pregunta es: ¿no sería ya momento de mover el FICM a otro complejo de salas de exhibición, aun y cuando ello implique salir del primer cuadro de la ciudad, aun y cuando ciertas funciones ya se proyecten en las Américas (pocas, la verdad)?

Quizá hable por mí sólo cuando diga que cubriendo el evento he dejado de ver películas, porque me ha tocado pagar de mi bolsa entradas, a fin de reseñar trabajos que benefician la labor propia, pero que también sirven para promocionar más aún al FICM. La capacidad de los recintos no da para que a quienes laboramos en los medios se nos permita el acceso, por eso creo que sería una buena medida ampliar el espacio.

Por el bien del festival, deberían buscarse otras posibilidades si no se quiere salir del Centro, pero algo tiene que hacer los organizadores para que el FICM siga creciendo o, al menos, se mantenga; porque parece que hay menos gente en las calles y no hay tanto revuelo como en 2012, aunque paradójicamente los boletos para casi todas las funciones estén agotados. Que alguien lo explique.

Salir de la versión móvil