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El joven Ahmed y un Dardenne en Morelia

El joven

Con El joven Ahmed (Le jeune Ahmed, 2019), lo más reciente de los hermanos Dardenne,  se estrenó en México durante el Festival Internacional de Cine de Morelia. La película ya había sido vista en  Cannes, donde formó parte de la selección oficial y al final resultó premiada como Mejor Dirección,  hecho que nos confirma la buena acogida que tiene la dupla cineastas belgas en el certamen francés.

Poco ha cambiado el estilo de los Dardenne desde que hace casi veinte años se hicieran con la Palma de Oro en Cannes. La cámara en mano que sigue muy de cerca a unos personajes que viven un intenso drama personal en algún lugar de Valonia en Bélgica. Es una región que se caracteriza por el uso del francés como lengua habitual y por concentrar una mayor proporción de gente pobre con respecto al resto del pequeña monarquía europea.

Ahmed es un adolescente que vive con su madre y hermanos. Alentado por el imán de una iglesia local, el chico comienza a adoptar las ideas y costumbres propias de los grupos extremistas. Ahmed dirige su creciente rencor contra una maestra que se empeña en dar clases de árabe moderno a los estudiantes musulmanes. Un fallido intento de asesinato lo llevará a un centro correccional, donde la interrogante se centra en si el joven del título podrá o no recapacitar sobre sus actos.

Es claro que la película está inspirada en los recientes atentados terroristas que han sacudido a la Europa continental. De hecho, la propia familia de Ahmed funciona como un microcosmos de la diversidad religiosa de los musulmanes belgas. Una madre viuda y una hermana que no siguen los estrictos códigos de conducta y vestimenta, al igual que un hermano que prefiere las prácticas de fútbol a las prédicas en la mezquita. Pero no es propiamente una película sobre el extremismo religioso, de hecho solo se esbozan las causas de su extremismo, más bien se centra en el drama interior que vive el adolescente ante sus cambios físicos y mentales.

Y es justamente el alboroto hormonal el que lleva a Ahmed a precipitarse hacia su objetivo. El descubrimiento casi simultáneo del deseo y el rechazo, personificados por una joven de carácter demasiado independiente para los gustos radicales del joven protagonista.

Dicha situación es la que nos lleva a cierre un tanto precipitado. La caída (literal), de Ahmed en el patio de la escuela y la búsqueda instintiva de ayuda, paradójicamente ponen al joven en una situación en la que podría consumar su crimen. Pero el adolescente se retracta a tiempo y no solo obtiene redención, sino también el sincero perdón de su víctima.

Puede ser este cierre el elemento menos logrado del filme, pero gracias a la solidez con la que los hermanos Dardenne estructuran el relato, no se percibe de ninguna manera como una película fallida. Aunque no alcanza los niveles de sus mejores trabajos, evidentemente El joven Ahmed es una buena manera de iniciar el FICM.

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