Ha pasado casi un año desde su estreno en el Festival de Cannes y apenas por estas fechas llega a la cartelera local El sacrifico del ciervo sagrado (The killing of a sacred deer, 2017), el quinto largometraje que escribe y dirige Yorgos Lanthimos. La cinta ganadora del premio a mejor guion en el prestigioso certamen francés, marca la consolidación del cineasta helénico en la industria estadounidense, aunque si hablamos estrictamente de números, en esta ocasión ha quedado por debajo de Langosta (The lobster, 2015), su primera incursión en el cine angloparlante.
Aunque es un guion original de Lanthimos (firmando en conjunto con su colaborador habitual Efthymis Filippou), el mismo cineasta admite ciertos paralelismos con la obra Ifigenia en Áulide del poeta griego Eurípides (en español el texto se encuentra disponible una muy buena edición de Alianza). La historia se desarrolla en una típica ciudad estadounidense. Steven Murphy, un acomodado cirujano traba amistad con un adolescente de dieciséis años cuyo padre ha muerto tiempo atrás. La creciente confianza entre ambos personajes pronto comienza a afectar a la idílica familia del doctor, quien ve como la salud y la estabilidad mental de los suyos comienza a deteriorarse. Pronto se verá obligado a tomar una decisión impensable.
En la obra de Eurípides, Ifigenia, hija de Agamenón, debe pagar con su vida por las acciones de su padre, pero ante una inicial resistencia, la joven finalmente decide aceptar su destino. En cambio, no hay estoicismo en los hijos del doctor Murphy, sino una feroz competencia para ganar el favor de sus padres. El carácter histérico de la madre y la escalofriante necedad del médico por aceptar su culpa redondean esta singular tragedia.
Es posible encontrar aunque de manera un tanto más suavizada las características habituales del autor: su mordaz sentido del humor y la rigidez autómata con las que los actores recitan sus diálogos, lo cual le da un tono casi aterrador en ciertos momentos del filme. Además, al igual que en Canino (Kynodontas, 2009), el relato se ensaña con aquellos que viven encerrados en una burbuja y de esa manera creen que pueden salirse con la suya.
Hay, como en toda tragedia que se precie de serlo, un destino irrevocable, una vez que se ha cometido un error no hay manera de escapar de ello. En este universo en concreto todo se paga, funciona como una especie de cruel mecanismo de compensación, en el cual, para mala fortuna del patriarca, los hijos juegan un papel fundamental. Dicho mecanismo parece operado por una figura omnipresente que sigue a los personajes por los pasillos del hospital o los observa desde lo alto de una habitación.
Como siempre, resulta una película difícil de clasificar, tenemos por un lado un misterio sofocante, un drama familiar con peculiares rasgos de comedia o incluso una especie de thriller sobrenatural. Pero sin importar el género, el autor explora la toma de decisiones, el sentido de la justicia y en la manera en como éstos afectan a un pequeño grupo de personas. A pesar de su carácter sombrío y perturbador, definitivamente esta es la obra más accesible de Lanthimos. ¿Será que se suavizó? Ya veremos el rumbo que toma el cineasta griego en The favourite, su nueva producción ambientada en la Inglaterra del siglo XVIII.