Se calcula que para el año 2030 el 7.5% de la población mundial se comunique en español y para el 2050 Estados Unidos será el país con más hispanohablantes del mundo. Esta tendencia obliga a muchas compañías a hablarles en español a sus consumidores de origen latino.
Por Carlos Noyola
Verizon, una de las compañías de teléfonos celulares más grandes de Estados Unidos, anuncia el lanzamiento de un nuevo producto con grandes espectaculares no del todo comunes: son bilingües, el texto se presenta en inglés y en español. Sorprende aún más por el lugar en el que se encuentran: Dakota del Sur es un estado muy alejado de la frontera con México, donde no hay grandes urbes y el clima es poco amigable.
No es el único caso: numerosas tiendas departamentales y proveedoras de servicios ya ofrecen información en un idioma que no es el oficial. Esta creciente tendencia es muestra del rápido crecimiento que el español está teniendo en Estados Unidos, situación que probablemente llevará a replantear en las próximas décadas, la visión que se tiene de la superpotencia.
En 2013, en su informe sobre el idioma español, el Instituto Cervantes reportó que actualmente más de 500 millones de personas en el orbe lo hablan, y ya es la segunda lengua materna más hablada del mundo, así como el segundo idioma de comunicación internacional. Solo es superado por el chino y el inglés, pero las predicciones del instituto indican que eso está por cambiar. Para el 2030, se espera que el 7.5% de la población mundial se comunique en español y para el 2050 Estados Unidos será el país con más hispanohablantes del mundo y, aunque no da detalles, el reporte afirma que por razones demográficas el número de personas que hablan castellano como primera lengua aumenta, mientras que el número de hablantes nativos de inglés y chino disminuye.
Si la gran potencia mundial hace del español su primera lengua, ¿qué cambios hay que esperar? El idioma no es algo que llegue solo, como elemento aislado que puede encajar en cualquier entorno; la lengua es un elemento implícitamente cultural que no existe sin las características que definen al grupo que la habla.
Así, cuando un idioma llega a cierto lugar, trae consigo toda la cultura de quienes lo hablan, e intenta instalarla en la forma más fiel posible a su estado original, por eso cada vez es más común escuchar a estadounidenses sintiéndose extranjeros en ciudades sureñas como Los Angeles y Miami: no solo porque no hablan el idioma, sino porque todo el territorio ganado por el lenguaje es igualmente triunfo para la cultura, y para quien no comparte la cultura es muy difícil sentirse perteneciente. En estas circunstancias, se puede imaginar un Estados Unidos completamente distinto a lo que conocemos ahora. Estados Unidos está siendo conquistado –o quizá solo transformado–, poco a poco, culturalmente.
La influencia del mundo hispano en Estados unidos se ve en todos los ámbitos: desde el policía que habla español, hasta los jugadores en las selecciones nacionales de los que se sabe su ascendencia hispana con tan solo ver su nombre. Las quejas sobre la creciente presencia hispana no son públicas por temor a ser tomado por racista pero sí abundantes. Es de entenderse, a nadie le gusta sentirse ajeno en su propia tierra. El país se divide entre quienes ven con buenos ojos mezcla cultural y quienes se resisten a aceptar el cambio. Pero el panorama no es alentador para los inconformes: con más de 50 millones de hispanos, el futuro de Estados Unidos sin el español es ciertamente muy difícil de vislumbrar.
Sin embargo, la supervivencia del español en Estados Unidos no está garantizada. El encuentro de dos culturas no necesariamente lleva al triunfo de una sobra la otra. De hecho, generalmente conduce a una fusión que resulta en una nueva cultura con rasgos específicos. La coexistencia del español y el inglés puede convertirse en un ejemplo de esto. Fenómenos como el spanglish ya han rondado el entorno por algún tiempo.
Los inmigrantes llegan a estados Unidos y se ven forzados a hablar otro idioma, sin por ello olvidar su lengua materna, pero sin ninguna normativización educativa que fomente el correcto uso de ambas, nada impide que se mezclen las estructuras verbales y que los intercambios de palabras entre uno y otro idioma se vuelvan frecuentes.
La situación se ve acentuada en los hijos de inmigrantes: al no recibir una instrucción adecuada en uno, o en los dos idiomas, las personas crean una forma de comunicarse usando todas las herramientas a su alcance, sin importar que estén utilizando elementos de sistemas distintos.
El spanglish generalmente no es bien visto fuera de los grupos en los que se utiliza, pero un respaldo académico puede acelerar el proceso de aceptación y consolidarlo como una lengua. La Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), especializada en el español en Estados Unidos, ya ha publicado reportes sustanciosos sobre este fenómeno, que aunados a sus propuestas de neologismos como hispanounidenses y estadounidismo, hablan sobre las posibles miras a convertirse en el órgano de rector de un nuevo idioma.
Sumado a esto, están las teorías de muchos lingüistas que afirman que, al igual que el latín se transformó en distintas lenguas después de haber dominado la mayor parte de Europa, el inglés tendrá que dar paso a nuevos idiomas.
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Carlos Noyola nació en la Ciudad de México en el 96. Sus poemas han aparecido en Letras Explícitas,Nomastique y el Periódico de Poesía de la UNAM. Su primer libro, Costumbres correctas, acaba de ser publicado por Texere Editores. Actualmente vive en Dakota del Sur.