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Juliette Binoche en Morelia

Al borde del llanto, se presentó en Morelia la actriz francesa Juliette Binoche para hablar del oficio del actor, y desvelar algunas de sus implicaciones más interesantes.

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Por Omar Arriaga Garcés

«Transformación» fue la palabra más pronunciada Binoche, la gran figura de la edición XII del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y símbolo del cine francés, al ser entrevistada por los medios antes de presentar Nubes de Maria, de Oliver Assayas, su última cinta.

Presentada como la única intérprete que ha ganado el mismo año premios de actuación en los festivales de Cannes, Berlín y Venecia, Juliette Binoche lució la tarde de este domingo relajada y accesible ante la prensa, bromeando incluso con dejar su número telefónico y sus datos, luego de que varios reporteros gráficos externaran su afán de proponerle matrimonio.

«No hay que casarse», dijo en primer término, para agregar de inmediato, «estoy abierta a proposiciones, de hombres, de mujeres, dejo mi teléfono».

La protagonista de cintas como Azul, de Krzysztof Kieslowski, o Camille Claudel 1915, de Bruno Dumont, también agradeció al FICM por la oportunidad que México le da al mundo mediante el cine, y por la oportunidad que a ella se le ha brindado para visitar América Latina de nueva cuenta, luego de que en 2011 filmara en Argentina, en las cataratas de Iguazú, para ser más exactos, la cinta Un mono sobre mi hombro.

Fotos: Revés Online

Pero fuera de las bromas y de los agradecimientos, así como de expresar que si no hubiera sido actriz le habría gustado ser un «cocodrilo», Binoche afirmó que elegir interpretar a un personaje es un misterio, algo que se da por intuición, y que interpretar propiamente a un personaje es una «alquimia» entre el interior y el exterior, un proceso en el que se debe tener una «comprensión celular del rol», casi como una transformación de las células.

«Todo es posible, me gusta entender mis papeles, saber por qué podemos actuar de esa manera; todas las posibilidades están dentro del ser humano. Si tomamos a alguien desde el interior no podemos tener un juicio feroz con él», manifestó.

En ese sentido, expuso que uno se transforma a partir de las historias y de los encuentros que vive a lo largo de su vida, y que el cine es transformación, mientras que el actor es sólo un medio para ver a través de, «el actor no es importante; es importante lo que se ve a través del actor, lo que permite ver a través suyo, la belleza que fluye a través de uno».

Olvidarse de uno mismo y ser otro, olvidarse de la cámara, ponerse en peligro (algo que la actriz realiza en cada filmación, al no repetir más de dos veces con un director de cine), autotransformarse, ir hacia otra parte de sí mismo, fueron algunas de las frases con que Binoche se refirió a su oficio de intérprete durante la charla, agregando que los actores nos ayudan a vivir otra parte de nosotros mismos al contemplarlos en la pantalla.

«No me gusta lo cómodo y fácil, cada papel es un desafío; en el peligro estamos obligados a encontrar otras posibilidades dentro de nosotros; me gustan los accidentes, no saber, no tener el control; el actor debe adaptarse a cualquier situación, ser transparente», dijo.

En dicha línea, indicó que Clouds of Sils Maria (Nubes de Sils Maria), de Oliver Assayas, es la historia de una mujer en un periodo frágil de su vida, que rechaza las sensaciones que le llegan del mundo exterior, la cual fue difícil de interpretar al grado de acabar exhausta, además de que la filmación tenía lugar diariamente. «Ya la verán, y hablaremos de ella».

Al borde del llanto, la francesa habló, asimismo, de su experiencia con la directora mexicana Patricia Riggen en Los 33, filme en que la actriz interpretó a una mujer latinoamericana, María Segovia, chilena que queda sola en el mundo a los seis años y tiene que hacerse cargo de sus hermanos, expresando que su historia es terrible.

De igual modo, comentó que el mundo del cine es un mundo de hombres, por lo que la labor de la directora mexicana, al comandar a un grupo nutrido, de más de 200 personas, y tener el carácter para dirigirlos, resulta algo loable, una fuerza que muy pocos tienen.

Ya antes, la francesa había comentado que en México hay directores magníficos, y que la industria cinematográfica del país está creciendo de manera notable en el panorama mundial; «sigan creciendo», acotó antes de elogiar el trabajo de Alejandro González Iñárritu.

Casi para terminar, Binoche se negó a dar los nombres de directores franceses contemporáneos que aún no fueran conocido en la escena mundial, pero que el futuro serían importantes, como ya antes se había negado a hablar de los actores con los que más le había gustado trabajar; eso sí, apuntó haber tenido «dificultades» con Jeremy Irons, aunque dijo que ya se habían reconcialiado.

Así pues, pasó la pregunta a la periodista Isabelle Giordano, ahora directora ejecutiva de uniFrance Films, quien entre otros dio los nombres de Xavier Beauvois, Justine Triet y Agnès Vinocoeur, e hizo un corte comercial al hablar de myfestival.com, un plataforma digital para ver cine traducida a trece idiomas, que puede considerarse como una especie de «festival en línea».

Por su parte, Daniela MIchel, directora del FICM, aseguró que se trataba de un día histórico para el festival al tener a Binoche como invitada y dijo que era el mejor regalo que se le habría podido hacer algo evento fílmico, algo con lo que todos los presentes parecieron estar de acuerdo.

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