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La belle époque y el triunfo de la nostalgia

Belle époque

Si pudieras recrear cualquier época, ¿cuál elegirías? El París de la Segunda Guerra Mundial, la corte de María Antonieta o, ¿por qué no?, el día que conociste a la mujer de tu vida. Eso es justamente lo que decide Victor Drumond, el protagonista de La belle époque (2019), segundo largometraje que dirige el también actor y guionista Nicolas Bedos. La película, estrenada fuera de competencia en el Festival de Cannes de 2019, formó parte de la edición 24 del Tour de Cine Francés y llega por estas fechas a la cartelera.

En el guion, original del propio Bedos, se cuenta la historia de Victor y Marianne, un matrimonio que se ha desgastado por la apatía de él y la obsesión juvenil de ella. El hartazgo es más que evidente y las puyas en reuniones con amigos son cada vez más hirientes. Mientras Marianne toma por amante a uno de los mejores amigos de su marido, Victor recibe la invitación de una empresa dedicada a recrear fantasías de época. Él tiene muy claro lo que quiere: volver a los años setenta, al preciso momento en que conoció en un café de Lyon a la mujer que posteriormente sería su esposa.

Los intereses de la pareja están claramente delimitados. Marianne es una psiquiatra fascinada por la tecnología, la novedad y la juventud, obsesionada con Freud, a quien recita a diestra y siniestra. Victor es un personaje claramente anclado al pasado, lo notamos desde su oficio: caricaturista desempleado gracias a la digitalización. Fiel a sus principios, ni siquiera tiene un teléfono celular. Es como si juntos conformaran una historia de amor de diferentes épocas: una nostálgica y la otra con vistas al futuro.

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Bedos nos cuenta la historia de una manera ágil, alternando una cámara casi encima de los actores con tomas abiertas de las escenografías de época. Aunque Victor y Marianne (Daniel Auteuil y Fanny Ardant, respectivamente) son los protagonistas de esta historia, seguimos también un relato paralelo sobre la conflictiva relación que sostienen el dueño de la empresa de recreaciones (Guillaume Canet) y Margot, la joven actriz encargada del personaje principal en la representación (interpretada por Doria Tillier). Después de unos días, se convertirá en la nueva obsesión del protagonista.

En este punto es necesario aclarar que Doria Tillier fue pareja sentimental de Bedos durante varios años (se separaron poco tiempo después del rodaje). De hecho, ambos protagonizaron la primera película de Bedos, la estupenda Mr. & Mme. Adelman (2017). Mientras Doria interpreta un papel importante en esta nueva comedia, en esta ocasión el director decidió mantenerse detrás de cámaras.

El título de La belle époque hace referencia no solo al café lionés en donde tiene su primer encuentro la pareja protagonista. También nos remite a un pasado escurridizo pero que permanece fijo en la memoria. La juventud y los primeros amores, la experimentación y las ganas de comerse al mundo son parte de esa etapa que ha quedado atrás en la relación de Marianne y Victor. El desgaste emocional y la persecución de objetivos diferentes provocan en ellos el deseo de reinventarse o de volver al origen. Al final, no sin ciertos titubeos, es un definitivo y entrañable triunfo de la nostalgia.

 

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