Las palabras son mágicas, creían los antiguos. Eric Robertson Dodds apunta en Los griegos y lo irracional que la teurgia, esa magia de las palabras, le servía a Orfeo para levantar piedras y hacer levitar los objetos coaccionando a los dioses. En nuestros días no ha cambiado tanto esa comprensión del mundo como podría suponerse.
Ahora se cree que las palabras “crean” los problemas -lo que equivaldría a decir que son como hechizos que hacen aparecer las cosas-, se cree también que al no mencionar los problemas estos “desaparecerán” e incluso se llega a confundir el mensaje con el mensajero. Es como cuando el escritor español Jaime Gil de Biedma anota: “Yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poema”.
Algo similar ocurre con el reportero, acaba siendo confundido con aquello que registra, pero lo que registra es lo que ocurre. Y lo que ha ocurrido de unos meses a la fecha es que hay ciertos mensajes que se prefiere que no lleguen a la gente, ciertas supresiones que uno pensaría quizá metódicas -por su número y forma-, ciertas llamadas telefónicas que piden que determinada información no fluya.
Se confunde a quien da la nota con lo que esa nota designa, como si no publicarla fuera a eliminar el problema que denota. Un ejemplo.
Decía la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum) que no se recortaron 119 millones de pesos de presupuesto de 2016 a 2017 en ese rubro, porque 84 millones llegarían por otros caminos de dios de la Federación. Es 3 de enero de 2017. La diputada Adriana Hernández Íñiguez, que forma parte de la Comisión de Cultura del Congreso del Estado -donde el gobierno estatal gestiona el presupuesto que obtendrá el año siguiente- afirmó sin embargo que la Secum no había presentado ninguna propuesta en 2016 para justificar el dinero que gastaría este año, y por eso pasó de 281 a 162 millones de pesos.
Sorpresa. Este martes 8 de agosto, en rueda de prensa, la secretaria de Cultura, Silvia Figueroa, confirma lo que ya sabíamos: que el presupuesto de este año es de 162 millones de pesos. Es decir, se perdieron 119 millones de pesos en comparación con 2016 porque la Secum no le dijo al Congreso local en qué iba a utilizar el dinero.
Ahora sabemos que de esa cantidad de 162 millones de pesos, 105 millones sirven para el pago de trabajadores, 24 para insumos, operación, policía auxiliar, servicios y renta del inmueble –aunque deben más de cinco millones de pesos de eso- y que otros 26 millones se usan en “otros compromisos y ayudas”, todo lo cual arroja 155 millones de pesos, por lo que siete millones quedan para hacer trabajo cultural de parte de la Secretaría de Cultura de Michoacán, que preside las políticas y acciones culturales en la entidad.
Eso lo dijo la titular de la Secum cuando presentó el Plan Cultural de 2017, a cinco meses de que 2017 concluya, y este mensajero confundido con mensaje le preguntó si no debía estar pensando en presentar su propuesta de presupuesto (para que no pase lo del año anterior y el dinero destinado a cultura disminuya aun más), al ser en septiembre cuando el gobierno del estado lleva al Congreso las estimaciones de lo que se supone gastará el siguiente año, lo que luego se analiza, se vota y se aprueba.
“No se presentó ningún proyecto por parte de la secretaría para definir el presupuesto; por supuesto que es importante el recurso para cultura, pero es importante también que quien esté al frente tenga definido en qué se aplicará, para que pueda tener beneficios reales para la población” (Adriana Hernández el 3 de enero de 2017 sobre ese proceso por parte de la Secum en 2016).
Respuesta de la secretaria de Cultura de Michoacán, Silvia Figueroa: “Quién sabe ahí qué pasó, llegando nos tocó a nosotros, llegando teníamos que entregar; debemos tener la valentía suficiente para decir que nos pasó esto… No fue un descuido de nosotros, tampoco cargo culpas, intentamos y ya no estuvimos a tiempo para hacer la gestión; vamos a ponernos ahora más listos, para el 2018 visitaremos desde enero de 2017 a los diputados y a los de otras secretarías”, dijo en ese entonces.
Respuesta de la secretaria de Cultura de Michoacán, Silvia Figueroa, este 8 de agosto: “Lo que entra al POA (Plan Operativo Anual) tiene que estar en agosto. La Secretaría de Finanzas (y Administración, SFA) nos lo solicitó hace unas semanas… Ya estamos con avances desde luego; aspiramos a que nos traten mejor, a que la Secum tengo un mejor presupuesto, lo cual debemos solicitar, la decisión la tienen otros órganos. Eso no nos corresponde a nosotros”.
Se le pregunta entonces si tiene una cifra aproximada sobre lo que pedirán para cultura, si ya tiene avances, pues debe tener alguna cifra pensada. Ninguna. Se está en análisis, responde. No nos corresponde a nosotros aprobar el presupuesto que tendremos, parece decir la funcionaria.
El reportero decodifica el mensaje de la funcionaria, reúne lo dicho antes con lo dicho ahora, lo procesa y escribe el mensaje. Pero algo raro ocurre. Ya desde horas antes le habían dicho al mensajero que no se presentara en esa rueda de prensa. El mensajero fue de todos modos. Y una vez escrito lo que habría de hacer llegar -a los hipotéticos lectores- algo extraño, como en los últimos meses, ocurre de nuevo: en la portada del medio en que labora el mensajero un comunicado de la Secum, firmado por una persona (de ese mismo medio, se entiende) como si el texto -sin cifras- fuera suyo. Por supuesto, no se le puede llamar ni siquiera reporterismo a eso.
¿Acaso fue una supresión, acaso una llamada telefónica? Quién sabe, pero entonces el mensajero se convierte en mensaje -tal como parecen instarlo a que haga- y decide escribir este texto.