No eran precisamente los conductores más brillantes de la radio, pero Leonardo Arriaga (@radiohen) y Antonio Espinosa (@Korno) hicieron del Triste Turno un espacio desmadroso que le daba bastante frescura y credibilidad a Ibero 90.9.
La estación radiofónica se posicionó como la favorita de un sector muy específico: la de jóvenes que buscan contenidos alternativos a ese tridente conformado por la música pop, la música grupera y las estaciones donde a todas horas hay noticieros.
El Triste Turno fue durante varios años un espacio para jugar con la imaginación que conlleva el ejercicio radiofónico; sin más recursos que su capacidad inventiva, Leo y Korno inventaron personajes como un “Dios” que hablaba en inglés y decía muchas groserías, pero también recibieron a Josefina Vázquez Mota cuando salía de hacer campaña en la Universidad Iberoamericana y desde luego se pitorrearon de Enrique Peña Nieto cuando éste terminó escondiéndose en un baño de la misma institución.
La Ibero, una de las universidades más caras y fresas del país, logró posicionar a su estación de radio como uno de los espacios más interesantes del cuadrante, con una barra inteligente, propositiva, cultural y contemporánea. Hace un par de años aún despertaba a miles de escuchas con Buenos Días, Santa Fe, encabezado por Javier Aceves “Baxter”, Leonora Milán y Daniel Moad. Esa apuesta competía todas las mañanas contra Carmen Aristegui, Pedro Ferriz de Con o el loco de Eduardo Ruiz-Healy; curiosamente, ya ninguno goza de sus espacios matutinos.
Cuando desapareció Buenos Días, Santa Fe, su lugar fue ocupado por El Resplandor, conducido entre otros por el famoso Sopitas y la espectacular Ana Stephens. A eso súmenle programas bien posicionados como Impala, Obladi Obladá, Mercado Negro y Radio Poca Jú, sin olvidar emisiones especializadas para gamers o para quienes aman la cartelera cultural del DF.
Para algunos, Ibero 90.9 era la mejor estación alternativa de la Ciudad de México e incluso del país, pues se puede escuchar por Internet en cualquier parte. Otros llegaron a considerar que ocupaba el espacio dejado por Radioactivo, de donde salieron locutores como Martín Hernández, Sopitas, Olallo Rubio, El Warpig, Fernanda Tapia y Arturo López Gavito.
Pero a inicios de los dosmiles Radioactivo desapareció para convertirse en una estación de noticias. El rock y los programas creativos, concluyeron sus dueños, no son rentables, como sí lo son las emisiones conducidas por afamados y respetables periodistas.
Las estaciones alternativas en la historia de la radio en México se cuentan rapidito: WFM, Rock 101, Orbita 105.7, Radioactivo, Reactor e Ibero. Puede haber más, pero esas son las que más o menos han marcado a ciertas generaciones.
Y así como un día los dueños de Radioactivo la desparecieron, ahora todo indica que los propietarios de la Universidad Iberoamericana quieren darle un giro a su estación. Al Triste Turno lo tenían emplazado para recortarle una hora, cosa que no aceptaron sus conductores y terminaron por despedirse al aire intempestivamente. Al siguiente día los compañeros de El Resplandor los apoyaron y también dieron por concluida su participación en la emisora, debilitada meses antes por el despido inexplicable de Ana Stephens.
Es #triste que la radio convencional se quiera deshacer de propuestas ingeniosas, donde la incorrección y el humor negro dan ese toque tan necesario que representa un respiro ante la oferta tan saturada de noticiarios, en la que solo escuchamos la eterna batalla entre los miserables políticos que nos gobiernan. Pero además, esta radio alternativa pelea contra los infumables programas huecos que abundan en el espectro comercial, con locutores que apenas aciertan a mencionarnos el clima y el nombre del último éxito de Justin Bieber o El Komander.
Lo más #Triste de todo es el poco valor que las empresas le dan a quienes hacen posible estos espacios. Por si no lo sabían, a los conductores de Ibero no les pagan ni un centavo, ni a los conductores de Buenos Días, Santa Fe, ni a los de El Resplandor ni al dueto del Triste Turno. A ninguno. Con la excusa de que es radio pública y sin fines de lucro, los dueños de Ibero posicionan a su cara universidad pero no le invierten un centavo de lo obtenido por sus costosas colegiaturas para al menos compensar en algo a sus locutores.
Bonito camino: te “regalamos” un espacio y tú regálanos toda tu creatividad, trabajo, tiempo y experiencia. Después, te echaremos a patadas.
Qué triste radio, ¿no?
P.D. Como dicen los miserables políticos, aquí había fuego amigo. Les dejo este audio donde el conductor Agustín Peña insinúa que sus compañeros de Ibero 90.9 «se han corrompido».