Compton, un suburbio de Los Angeles, California, ha sido considerado durante muchos años como uno de los que cuentan con mayores índices de pobreza e inseguridad de los Estados Unidos.
Su población está conformada en su mayoría por negros e hispanos y son comunes los enfrentamientos entre pandillas de distinto origen racial. Pero la urbe de menos de cien mil habitantes también ha sido cuna de uno de los grupos de más influyentes del gangsta rap, NWA, cuyo álbum debut Straight outta Compton (1988), ha sido considerado como uno de los más influyentes del género y en su momento vendió más de diez millones de copias tan sólo en la Unión Americana.
NWA (iniciales de Niggaz With Attitude), cuya actividad terminó definitivamente en 1991, estaba conformado por DJ Yella, Eazy-E, MC Ren, así como Ice Cube y Dr. Dre, éstos últimos son quienes han disfrutado de mayor éxito después de que se desintegró la agrupación y son coproductores del filme Letras explícitas (Straight outta Compton, 2015), que ha resultado todo un éxito en los Estados Unidos, recaudando más de 170 millones de dólares (costó 28), en apenas tres meses de exhibición, lo que confirma el amor de los estadounidenses por este género.
La idea para hacer una película sobre la vida del rapero Eric Wright (alias Eazy-E), venía desde el año 2002. Pero fue hasta que Ice Cube invirtió una buena cantidad de dólares que se echó a andar, ya que quería contar su versión de la historia y pidió que se reescribiera el guion. Al final, Dr. Dre decidió involucrarse también en el proyecto cuando se enteró que sería el neoyorquino F. Gary Gray, el encargado de dirigirlo.
Es bueno aclarar que las credenciales de Gray no habían sido particularmente impresionantes: siete largometrajes dirigidos, el más conocido de ellos probablemente sea The Italian job (2003), filme de acción sin mucho para rescatar. Pero en esta ocasión trabaja de una manera adecuada: hace una transición natural entre las escenas de cada uno de los personajes principales, la inclusión de números musicales es equilibrada y la narración es casi siempre fluida a pesar de sus casi dos horas y media de duración (dicen que el corte inicial duraba tres y media). También se debe destacar la buena elección del reparto, es impresionante el parecido físico de los jóvenes actores con el personaje que representan, incluso uno de ellos, O’Shea Jackson Jr. es el hijo de Ice Cube (“pero no hubo nepotismo”, asegura el también productor de la cinta).
No obstante, uno de los principales problemas de Letras explícitas es su parcialidad, porque después de todo, la película cuenta la historia desde el punto de vista de dos de sus principales inversionistas: Ice Cube y Dr. Dre, es muy claro que se resta importancia al trabajo de los otros integrantes de NWA y del propio manager Jerry Heller, quien ha manifestado su desacuerdo con la forma en cómo lo presentan en pantalla.
Cuando la cinta se centra en los aspectos musicales y las peleas internas de la agrupación lo hace bien, pero deja de lado la oportunidad de profundizar en el complejo entorno social en que se da el surgimiento de NWA. Se repiten varias veces las famosas imágenes de la policía golpeando a Rodney King y de los disturbios de Los Angeles en 1992, pero poco o nada nos dicen los raperos desde sus mansiones ni el director en su narración.
Letras explícitas es una cinta entretenida y ágil a pesar de su duración, pero seguramente será mejor apreciada por los amantes del género (que los hay), o quienes tengan al menos un conocimiento mínimo del tema. A pesar de algunos apuntes sensibleros funciona como una buena película biográfica y ese es el camino que elige, pero probablemente pudo ofrecer algo más.