El escritor es un bohemio, un animalejo de la noche que entre copa y copa va encontrando caminos luminosos para su obra. Y aunque el proceso de escritura requiere lucidez y disciplina, son varios los ejemplos donde los literatos se sumergen entre líquidos que incluso los han llevado a la muerte. John Berryman, Hart Crane y Malcom Lowry son tres de esos casos que se muestran en nuestro podcast de la semana.