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Literaturas del viaje

“Viajar es un alivio moral”, sentencia Alfonso Reyes en el escudriñamiento que realiza de la vida de Johann Wolfgang von Goethe. El catalán Enrique Vila-Matas evoca a Fernando Pessoa con la siguiente frase: “viajar, perder países”. Charles Baudelaire, desde una mesa con una botella de absenta en alguna taberna francesa escribió el poema ‘El viaje’ donde al final de la columna maldita se lee: “Pero los verdaderos viajeros sólo parten/ por partir; corazones livianos, como globos, /jamás escapan de su fatalidad, /y, sin saber por qué, siempre dicen: ¡Vamos!”.

VIAJE A LA ALCARRIA

El extraordinario y nunca bien ponderado escritor español nacido Iria Flavia, el magnánimo Camilo José Cela, ingresó en esta road novel o “literatura del camino” con su Viaje a la Alcarria, exponiendo así las vastas posibilidades que implica un desplazamiento, las peripecias que se suman al correr de los segundos, devenires y acontecimientos del alma.

EN EL CAMINO

Qué decir de Jack Kerouac. ¿Hay algo más por agregar del más ‘beat’ de los ‘beats’? En el camino no sólo es una lectura obligada para la adolescencia, sino para la vida. Una locución extravagante de jazz, drogas, literaturas y cosmogonías, amores en sus estados más genuinos y perversos, y viaje, mucho viaje. “El camino debe conducir eventualmente a todo el mundo”.

YERBA AMERICANA

El mexicano Pablo Soler Frost entrega Yerba americana, de ritmo vertiginoso y prosa eléctrica, muy viva, se funda en una afortunadísima voz en segunda persona que, entre la cercanía y la distancia frente al protagonista, no tropieza por excesos, si bien se limita por recato. ¿Qué sucede? Los entornos tienden a describirse en enumeraciones ausentes de construcción imaginística, más sospechosas de sugerir escenografía al cineasta que de hacer ver al lector.

MIEDO Y ASCO EN LAS VEGAS

Han pasado casi 50 años desde que Raoul Duke viajó a través de América con su abogado para cubrir una carrera de motocicletas en Las Vegas, sólo para perderse en un miasma enloquecido por las drogas de habitaciones de hoteles y un viaje salvaje al corazón del “Sueño Americano”. El trabajo seminal de Hunter S. Thompson se completó con ilustraciones del artista británico Ralph Steadman, cuyas caricaturas monstruosas, salpicadas de manchas psicodélicas de tinta, agregaron un elemento surrealista al libro. Desde entonces, hemos tenido dos adaptaciones cinematográficas, incluida una interpretación indeleble de Johnny Depp y Benicio del Toro, dirigidos por Terry Gilliam. Con esos elementos visuales existentes, y en nuestro retiro actual de la cultura de la droga de la década de 1960.

EL CAMINO

El camino, de Cormac McCarthy, es una novela post-apocalíptica de poder transformador y riesgo formal. Abandonando la brusca pero profunda camaradería masculina, McCarthy, en cambio, suena los límites del amor y la desesperación imaginables entre un padre diligente y su tímido hijo, “el mundo entero de cada uno”. La experiencia inicial de la novela es sobria y opresiva, su efecto final es emocionalmente devastador.

DIARIOS DE MOTOCICLETA

En enero de 1952, un joven de 23 años de edad, Ernesto “Che” Guevara, salió con su amigo Alberto Granado para explorar Sudamérica en “La Poderosa”, una Norton de 500 cc. Dentro de una década el mundo entero sabría su nombre. Los diarios que escribió en el camino, y que registran sus desastres y descubrimientos, han sido durante mucho tiempo un éxito de ventas y el tema de una película.

El mundo rompe a todos, y después, algunos son fuertes en los lugares rotos. Acaso remotos. No puedes nadar en nuevos horizontes hasta que tengas el coraje de perder de vista la orilla.

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