La sección de Estrenos Internacionales es una de las más interesantes del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Entre las novedades que presentó en su decimotercera edición, encontramos la comedia Gente, lugares, cosas (People, places, things, 2015), tercer largometraje que dirige el neoyorquino James C. Strouse y que estuvo entre los nominados al Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance.
La película sigue el punto de vista de Will Henry, un dibujante de cómics (“novelista gráfico”, prefiere él), que después de encontrar a su esposa en la cama con otro hombre, intenta adaptarse a su nuevo estatus de soltero y padre de dos pequeñas gemelas. Pero las cosas se complican con un trabajo absorbente, la posible aparición de una nueva relación y la difícil decisión de dejar ir a la mujer que amó.
Strouse acostumbra escribir los guiones para sus películas y ésta no fue la excepción. Sus temáticas favoritas parecen girar en torno a la complejidad de las relaciones humanas, así como la paternidad y la forma en como ésta funciona (o intenta hacerlo) en el siglo veintiuno. El cineasta ya había explorado detalladamente el tema de la paternidad, la que encabeza el progenitor (para diferenciarlo de la maternidad), en su ópera prima, el drama Grace is gone (2007).
La cinta utiliza una elaborada secuencia de idas y vueltas de nuestro atribulado héroe, para ir tejiendo un relato en el que caben una serie de personajes inseguros, egoístas y sentimentales… es decir, muy humanos. En la búsqueda de la casi imposible separación amigable de una pareja con hijos la narración deberá sortear una serie de obstáculos que el mismo guion nos va planteando, finalmente lo que prevalece es la reflexión (“¿Somos amigos?”, pregunta ella, “somos más que eso, somos padres”, responde él).
Entre los varios aciertos de la pequeña producción, que por cierto tuvo una muy limitada exhibición en los Estados Unidos, encontramos una muy buena elección del reparto, en el que destaca obviamente el actor neozelandés Jemaine Clement, a quien conocimos por su trabajo en el falso documental de vampiros What we do in the shadows (2014), y que en esta ocasión mantiene un registro cómico más mesurado pero igualmente hilarante. También vale la pena reconocer el manejo de talento infantil con las gemelas Gadsby, algo que todavía no hemos podido aprender de nuestros vecinos del norte.
Es cierto que el guion ofrece muy pocas sorpresas, pero People, places, things sobresale por el tierno encanto de sus bien elaborados personajes, por la irónica descripción del final de las relaciones afectivas así como por la insoslayable importancia de la paternidad. Una gran opción para los amantes de las buenas comedias neoyorquinas (con todo y sus chispeantes diálogos), o de plano para nuevos solteros y corazones rotos.