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Los 10 años del FICM

 Por Omar Arriaga Garcés

El FICM mantiene la tónica que lo ha convertido en el evento fílmico más importante de los 87 festivales que hay en el país: las secciones de competencia, cada vez más nutridas; la revisión de distintas cinematografías y el vínculo con otros festivales, lo que además de impulsar al cine mexicano (colocando el acento en la producción nacional) abona a la creación de nuevos públicos, expresó el cineasta, guionista e investigador, Javier Morett González.

Refirió que al haber un resurgimiento del cine mexicano, existen las condiciones para que festivales como los de Morelia, Guadalajara y Guanajuato, tengan una mayor jerarquía, ya que si bien, el cine nacional estaba en plena decadencia a inicios de la década pasada, actualmente son cerca de 60 las películas que se producen al año.

“En 2002 sólo se produjeron catorce películas; para poner un ejemplo, en 1958 fueron 135 las cintas filmadas, por sólo nueve en 1998. Se trataba de una cinematografía muriéndose de hambre. Ahora ya hay condiciones para que el FICM sea más selectivo; este año se aceptaron óperas primas o cuando mucho segundas películas. Igualmente, la competencia, que antes era sólo de cortos y documentales, se abrió a largometrajes. Hay un resurgimiento del cine nacional. México siempre ha sido el mercado natural del cine en español”, dijo.

En ese sentido, comentó que son varios los elementos para dicho resurgimiento, como la creación de mecanismos de apoyo más certeros, tales como el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine), el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine) y por vía exención fiscal, “a través del famoso artículo 226 (de la Ley del Impuesto sobre la Renta) Eficine 226, que permite que hasta 500 millones de pesos se inviertan en cine anualmente”.

Asimismo, indicó que el interés de las nuevas generaciones por el cine ha dado auge a una producción creciente, en que intervienen directores, camarógrafos y guionistas talentosos, que optaban por salir del país (“Lubezki, Mandoki son ejemplos”), quienes ahora hallan en México otro mercado para darse a conocer, además de seguir acudiendo al extranjero.

Morett González consideró que la audiencia para el cine ha crecido a raíz de la apertura de carreras universitarias relacionadas con la imagen: “hay ahora una multiplicidad de carreras de comunicación, arte digital y artes visuales; en la medida en que la academia ofrece una mirada hacia el cine, hay mayores opciones de formar un público que, a su vez, atrae, sobre todo entre los jóvenes, cinematografías diferentes.

“El FICM ha aprovechado el peso específico de esta situación, que ha dirigido la mirada de los jóvenes hacia el cine. Ahora hay un sector del público más educado; lo que tiene que ver con el acceso en línea a opciones como YouTube o Netflix, que facilitan a acercamiento al cine”, expuso.

Por último, habló del papel que juegan los festivales en el resurgimiento del cine nacional y refirió que el de Morelia es, sin duda, el más importante de los 87 que hay en México, junto al de Guadalajara, al abarcar una amplia gama de posibilidades.

“Pensando en el conjunto, Morelia y Guadalajara son los dos festivales más importantes, luego seguiría el de Guanajuato, pero está más especializado en cortometraje. Guadalajara da ingreso a otras propuestas fílmicas; pero Morelia, respecto a las categorías en competencia, los documentales, los cortos, la cantidad de cintas nacionales y las retrospectivas, es la plataforma del cine nacional”, comentó el cineasta.

No obstante, afirmó que el Festival Internacional de Cine de Morelia también abre las puertas a otras cinematografías, mediante la semana de la crítica de Cannes, los homenajes a figuras consolidadas y el vínculo con otros festivales, “lo que permite conocer otro tipo de cine, aquél que no tiene cabida en la cartelera comercial”.

Con todo, indicó que el FICM no es relevante sólo para los espectadores, sino para los medios, que tienen una fuerte presencia, así como para otros cineastas, que buscan ver lo que se está haciendo, establecer relaciones, acercarse a colegas.

“Los festivales se han fortalecido con el desarrollo del cine mexicano y el cine mexicano se ha fortalecido gracias a los festivales. Guadalajara y Morelia son los dos puntales de esta creciente producción, los dos eventos fílmicos que están en el mapa y en la agenda del cine. Se puede decir que el cine mexicano goza de buena salud, esperemos que siga así durante los próximos años”, concluyó.

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