CARTELERA RETROSPECTIVA
¿Cuál es el valor de una vida humana? Aunque para la mayoría de las personas es un tema que va más allá de las cantidades monetarias, las aseguradoras italianas lo tienen muy claro: en caso de un accidente mortal, para fijar el monto de la indemnización se toman en cuenta varios factores, además de la edad de la víctima, las percepciones salariales que pudo haber tenido a lo largo de su vida, así como la cantidad y la fortaleza de sus vínculos afectivos. A dicho concepto lo designan con el eufemístico nombre de “el capital humano”.
Y es justamente El capital humano (Il capitale umano, 2013), el título del largometraje número once en la carrera del prolífico Paolo Virzì. El filme del cineasta italiano hizo un extenso recorrido por el circuito de pequeños festivales, y es ahora, con dos años de retraso, que hace su presentación en la cartelera comercial mexicana, aunque debemos aclarar que pudo verse previamente en la 58 Muestra Internacional de Cine.
El guion, coescrito por el propio Virzì, está basado en la novela Human capital, del escritor estadounidense Stephen Amidon (publicada originalmente en 2004 y aún sin traducción al español). La historia, que originalmente transcurre en la costa Este de los Estados Unidos, se traslada al norte de Italia. Durante una helada noche invernal, un mesero que pedalea a casa después de una noche de trabajo es golpeado por una veloz camioneta, la cual en vez de detenerse para auxiliarlo emprende una cobarde huida. El anónimo camarero queda tendido a un lado del camino sufriendo las consecuencias del fatal accidente. La pregunta es: ¿quién lo mató?
A partir del acontecimiento inicial, la película se cuenta en tres capítulos, en los cuales se muestra la versión de cada uno de los personajes. Comienza con el ambicioso Dino Ossola (Fabrizio Bentivoglio en cómico registro), que aprovechando las relaciones que le brinda el noviazgo de su hija, decide integrarse al riesgoso mundillo de las inversiones bursátiles, pero no con dinero propio, sino prestado.
Le sigue Carla Bernaschi (muy destacado el trabajo de Valeria Bruni Tedeschi), la timorata esposa trofeo de un despiadado inversionista, quien azuzada por un antiguo admirador de su dudosa carrera actoral, decide ensayar la improbable restauración de un antiguo teatro.
El cierre viene con Serena, una joven indecisa que busca zafarse de su desabrido noviazgo cuando conoce Luca, un joven sensible pero inadaptado y con tendencias suicidas, que al final juega un papel importante en el caso.
La elección de la narrativa fragmentada ayuda en mucho a fortalecer un thriller aparentemente sencillo. Pero lo cierto es que detrás de esa apariencia plana y formalista, encontramos una serie de personajes complejos y contradictorios, todos ellos dejan entrever un pasado que condiciona sus acciones posteriores, dándole forma a un filme que si bien es un tanto desigual en su intensidad (particularmente en su tercer episodio), no por ello deja de ser menos atractivo.
Virzì asegura que eligió filmar en la zona norte de Italia no sólo por estar cerca de la Bolsa de Milán donde a diario se destruyen y se crean patrimonios, sino por su paisaje hostil y amenazador. Sus declaraciones no cayeron muy bien al partido de ultraderecha Liga Norte, cuyos integrantes se sintieron aludidos por la crítica que hace a cierto sector de la burguesía norte-italiana, por lo que inmediato iniciaron una campaña de desprestigio contra la cinta. Como suele suceder, la polémica ayudó a la promoción (la cinta fue una de las más vistas en su año de estreno) y fue una de las más premiadas en la entrega de los premios David Di Donatello, los galardones cinematográficos más importantes de Italia.
Por lo pronto, ahí está El capital humano, un thriller coral, elegante y bien ensamblado, que hace un recuento sobre la avaricia, la frialdad humana y las relaciones familiares en una economía en declive.