El liderato del Cruz Azul, la pelea de JC Chávez Jr, y los premios para Cuarón y el Chivo Lubezki son analizados por nuestro comentarista de lujo.
Por Pata Maldita
Mientras el mejor Cruz Azul de la historia sigue en la cima del furbol mexicano con ocho victorias al hilo, preparando ya las playeras para la final que digan “subcampeón”; el hijo de la leyenda, Julio César Chávez Jr., tomó como ejemplo a Philip Seymour Hoffman, que este fin de semana no ganó Oscar póstumo alguno, a no ser el de Mejor Cóctel Sintético, y dejó de lado los estupefacientes para entrenar. Ahora sí.
Su rival en turno, el mexicoamericano Brian Vera, a quien había ganado por última vez con algo de polémica, se asemejó al pueblo de México: recibió demasiados golpes pero en ningún momento se dejó derrumbar, aguantó a pie firme y casi sin marcas en el rostro, tal como se aguanta una serie de reformas o un gasolinazo tras otro (ayer, el más reciente). #Resumendelapelea.
Suponemos que en busca de mejores opciones de vida (vivirmejor o mejorvivir #HeliAmatEscalante), la familia de Vera emigró a los EEUU hace al menos una generación y media, por lo que si a alguien tuvo que darle gracias por la golpiza recibida el mexicoamericano, y una manera decente de ganarse el pan, ese debe ser el Tío Sam, tal como el pueblo de México; caso semejante al de Alfonso Cuarón, uno de tantos artistas mexicanos que debe salir para conseguir mejores oportunidades en su chamba y mejores posibilidades de desarrollo. #Resumendelsubdesarrollo.
Soy un indocumentado de lujo, creo que dijo alguna vez el realizador. Entretanto, en la colonia Guerrero, con sus banderas y camisetas portando una marca de cemento, ciudadanos chilangos daban gracias a la Santa Cruz por el buen paso de la máquina. “Regresó El Flaco Tena”, “ahora sí seremos campeones”, “no está Hermosillo pero está Marco Fabián, el mejor jugador mexicano desde Cuauhtémoc Blanco”.
Mientras no se les ocurra organizar una pelea Canelo Álvarez-Chávez Jr. todo estará bien.