Armando Casimiro Guzmán
Ante una sala repleta, de hecho con un notable y molesto sobrecupo, se presentó La piel que habito (2011), la nueva película del cineasta español Pedro Almodóvar. Es innegable la capacidad de convocatoria de cada nuevo filme del realizador manchego, que a pesar de sus altibajos, tiene una amplia base de seguidores.
La piel que habito es una especie de thriller que narra las desventuras de un cirujano plástico que sufre una serie de calamidades que envidiaría el mismísimo Pepe el Toro: la esposa se le fuga con otro y tiempo después acaba tirándose por la ventana, unos años más tarde, la hija menor sigue el ejemplo después de una locura inducida por un intento de violación. La venganza no se hará esperar con una de las operaciones de cambio de sexo más pasadas de lanza que se haya visto en la pantalla grande.
Las actuaciones corren a cargo de Antonio Banderas como el furibundo cirujano, Marisa Paredes como la madre abnegada y Elena Ayala como el personaje sobre el que recaerá el amor y la furia del obstinado galeno. La piel que habito fue presentada en Morelia por dos de sus protagonistas: Marisa Paredes y Elena Ayala, quienes la catalogaron como una cinta difícil de digerir pero fiel al estilo del veterano realizador. Lo cierto es que es un thriller muy entretenido, con ligeras variantes a lo que nos ha ofrecido previamente el cineasta español, con remanentes de la ya lejana Carne trémula (1992), y que sin duda apuntará otro éxito comercial para la amplia filmografía de Almodóvar.
NO TE DUERMAS PAPÁ
Uno de los largometrajes mexicanos en competencia más interesantes que se han presentado en esta novena edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, es la ópera prima de la cineasta Lucía Carreras, Nos vemos papá (2011).
Estelarizada por Cecilia Suárez, quien personifica a una mujer, que a sus 37 años padece el complejo de Electra, una especie de enamoramiento malsano por su padre, sentimiento que se ve acentuado tras su muerte. El par de hermanos (hijo e hija) que le sobreviven, deben afrontar la muerte de su progenitor cada cual a su manera junto a los recuerdos que les trae la vieja casa donde crecieron.
Cecilia Suárez comparte créditos con Arturo Barba (quien la hace del hermano juicioso) y Gabriela de la Garza, quien está muy bien en su papel de madre hogareña. La cinta está narrada en tono pausado, con pocos diálogos y con unos personajes contenidos, que reprimen sus emociones, “no quería lágrimas en la pantalla”, precisa la joven directora. Nos vemos papá funciona como una singular historia de amor, un amor de hija a padre que se ve trastocado por la muerte y la locura. Es una película lenta, interesante y que cuando está por tocar un punto bajo se levanta con un final abierto. Pero cuidado, no todos la disfrutarán, como mi vecino de butaca, quien se la pasó roncando sonoramente buena parte de la función de prensa.