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México Puto: miedo y asco en Brasil

Seguro que más de alguna vez han escuchado como rumor o como sentencia, que la imagen de un mexicano hacia el extranjero es de alguien con sombrero, borracho, sentando en una penca de maguey. La indignación y un penoso pseudo nacionalismo salen de inmediato y hacen exclamar una serie de respuestas que desaprueban dicha imagen.

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Por Bruno Díaz

I Imperialismo

El mundial de futbol está a punto de terminar. La gran fiesta a partir del balón augura su cierre. Una a una han ido cayendo selecciones como hojas secas de un bosque que recibe el otoño. Inevitable, esa es una de las naturalezas de estas justas deportivas. A estas alturas (del partido) sabemos que la selección mexicana fue eliminada y aunque las expectativas mejoraron, no se pudo avanzar más.

Sin embargo, México dio mucho de qué hablar. Su papel dentro y fuera de la cancha fue casi tan pintoresco, como se cree que se rumora en el mundo.

Seguro que más de alguna vez han escuchado como rumor o como sentencia, que la imagen de un mexicano hacia el extranjero es de alguien con sombrero, borracho, sentando en una penca de maguey. La indignación y un penoso pseudo nacionalismo salen de inmediato y hacen exclamar una serie de respuesta que desaprueban dicha imagen, aderezados con un sinfín de argumentos que a veces solo logran evidenciar más que sostener.

Las cosas que se ocultan muchas veces son las más evidentes. Y los detectives lo saben, basta con utilizar las piezas de  manera creativa para que el rompecabezas sea visible. Basta algo que detone, dirán los físicos, para que el fenómeno suceda. Basta con el futbol para liberar a la masa. ¿Por qué?

En una forma geométrica caben todas las formas geométricas. Un rectángulo, un círculo, un trapecio, un cuadrado, un triángulo, un rectángulo. En un minuto caben todos lo minutos. “Toda la vida pasa en un instante antes de morir”, dicen. Todas las vidas caben en una vida. Todos los rostros en una forma geométrica. 270 millones de personas pueden habitar en una cabeza. 270 millones de personas unidas por una liga. Ligados.

Religión que necesita de un ritual, de una comunión. La “unión” de los comunes. La unión hace la fuerza sin duda, pero ¿quién dirige dicha fuerza?, ¿Con que razón? Y sobre todo ¿Qué recibe a cambio la masa? En un poder caben todos los poderes y en un control pueda caber el deseo de controlarlo todo.

Bajo estas premisas se formaron las ideas imperialistas en la historia humana, esa triste justificación que se otorga en nombre de la humanidad, para llevar a cabo procesos de dominación, subordinación y colonialismo. El imperio como proyecto social ha acompañado al ser humano en su historia. Con el paso del tiempo se han añadido términos que continúan con la idea de justificar la dominación.

En la Edad Antigua la palabra “descubrimiento” fue el término que permitía la expansión y la subsecuente explotación de todo recurso: humano y natural. División internacional del capital decía Marx. La gran Bretaña lo supo bien y lo aplicó con éxito. Su imperio es sin duda el ejemplo clave en materia de imperios. A nivel mundial la gran Bretaña aún conserva cierta estela de poderío en muchos de sus productos (aun cuando muchos de ellos sean extraídos de otros). Cuando uno piensa en la hora del té hacemos una referencia casi directa a este territorio, incluso musicalmente se habla de una “invasión” británica.

Pues bien, entre muchas producciones, el futbol tal y como lo conocemos hoy, nace dentro de estas tierras. Poco a poco se fue desarrollando una estructura que ha crecido enormemente, logrando réplicas en todo el mundo. Expansión, subordinación, colonialismo. Con el tiempo las formas cambian pero los espíritus se conservan viejos. Dice Mattelart, mientras el pato Donald siga en la cabeza de la masa, el imperialismo puede dormir tranquilo.

Mañana: Excesos

Giffs: 100 Pies

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