Una canción triste de Rocío Dúrcal abre el cortometraje documental La larga y brillante oscuridad, dirigido por César Flores Correa, de quien apenas el año pasado vimos Lobos del aire en el Festival Internacional de Cine de Morelia, justa en la que vuelve a presentarse para buscar el preciado “Ojo” de Javier Marín.
Estamos frente al testimonio de un preso federal que fue sometido a tortura al grado que lo tuvieron que del testículo, un caso más de personas en desgracia que aseguran ser inocentes y pese a ello cumplen una condena, en este caso, de 21 años de prisión.
Más que documentar el caso desde sus vías legales, el documental se centra en la rutina que debe cumplir un convicto, lo mismo fabricando calzado de cuero que cuadros religiosos en madera.
Flores Correa escribe, edita y hace la foto de este documental coproducido por Jorge Carranza Ireta, una historia que, nos cuenta el muy joven director, conoció gracias a su padre y que le interesó mucho para llevarlo al ejercicio audiovisual.
El documental forma parte de la Sección Michoacana y podrá verse en Cinépolis Centro, Aula Mater de la UMSNH, Pátzcuaro y Teatro Ocampo.