Cuando todo indicaba que eso ya no sucedería, hizo su aparición en cartelera Mientras somos jóvenes (While we’re young, 2014), séptimo largometraje para cine del neoyorquino Noah Baumbach. La película que hizo su aparición desde marzo en los cines estadounidenses (en donde tuvo un pobre desempeño en taquilla), fue retrasando desde julio su estreno en México y al final terminó relegada al circuito de arte.
Baumbach suele ambientar sus historias (él mismo escribe los guiones para sus películas), en las clases medias altas de las grandes urbes estadounidenses. En esta ocasión, los protagonistas son Josh y Cornelia, un matrimonio de mediana edad que se encuentra estancado: él no puede terminar un documental y ella no puede tener hijos. Las cosas cambian cuando llegan de manera aparentemente fortuita a sus vidas Jamie y Darby, una joven pareja que lleva un estilo de vida que inicialmente inyectará nuevos bríos a los primeros. Pero ¿será una amistad real y duradera?
Mientras somos jóvenes abre con un fragmento de la obra El maestro constructor del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, en el que se hace referencia al choque generacional y que en palabras de cineasta neoyorquino, resume de buena manera el tema de la película. Y es que a lo largo del metraje observamos el enfrentamiento entre ambas parejas disfrazado de mutua admiración, el ejemplo más claro es el documental convencional a base de largas tomas fijas de Josh, contra el filme de Jamie, elaborado a base de artificios y editado en una laptop.
Pero para condimentar la relación entre ambos matrimonios, Baumbach agrega un par de elementos interesantes: una pareja con hijos (aquí bien Adam Horovitz, el ex Beastie Boys), que sirve de punto de referencia frente a los nuevos hábitos de los artificialmente rejuvenecidos cuarentones y el suegro, exitoso cineasta que encarna la máxima aspiración de los personajes masculinos del filme.
Si bien se sostiene la mayor parte del tiempo gracias al sofisticado retrato social de su creador sumado a un reparto desigual pero interesante (con mucho mayor peso el desempeño de Ben Stiller y ¿quién lo diría? Amanda Seyfried), la cinta entra en un bache cuando alimenta una persecución detectivesca que culmina con un enfrentamiento estéril y desentonado. Si bien, lo anterior no demerita el elaborado andamiaje previo de la película, que por cierto, desde hace meses se encuentra disponible en formato digital.
Mientras somos jóvenes es un buen punto de partida a la filmografía de Noah Baumbach que desafortunadamente no siempre llega a nuestro país. Aunque queda lejos de sus mejores trabajos a la fecha: el drama Historias de familia (The squid and the whale, 2005) y el éxito del cine independiente Frances Ha (2012), su visión del conflicto generacional y la manera en como sus personajes enfrentan el irreversible camino a la vejez, es lo suficientemente incisiva y amena para convertirla en una experiencia disfrutable.