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Minezota: o cómo un misionero caliente conquistó a Nezayork

En el primer día de actividades de la sección de largometrajes mexicanos en competencia en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), se presentó Minezota (2016), segundo largometraje que escribe y dirige el oriundo de Tamaulipas Carlos Enderle. Su trabajo debut, la comedia Crónicas chilangas (2009), fue bien recibida en el Festival de Cine de Guadalajara hace ya algunos ayeres. El proyecto resultó triunfador el año pasado en la plataforma Impulso Morelia, una sección para exhibir películas en post producción a profesionales de la industria, lo cual permitió su terminación después de cinco largos años de espera.

Nezahualcóyotl es uno de los tantos apéndices de ese enorme monstruo de mil cabezas que es la Ciudad de México. Neza York, Nezahualodo y Minezota son algunos de los miles de apodos con los que se conoce a esta urbe de tintes populares. Es en ese lugar en donde hace su vida la pareja conformada por Ismael, un músico estrella de barrio que no logra despegar y Violeta, una educadora que sueña con ser madre. La pareja vive una de sus recurrentes crisis tras quince años de indefinición, pero la aparición de un par de misioneros mormones terminará por cambiar para siempre la relación que existe entre ellos.

Foto: Maricruz Ríos
Foto: Maricruz Ríos

En un primer momento da la impresión de que la película parte de la idea del gringo caliente que intenta seducir a mujeres mexicanas aprovechando la aparente inocencia que le proporciona un pobre manejo del español, así como un inocuo y pulcro uniforme de misionero. Ciertamente se logra establecer una especie de sincretismo entre el mundo aparentemente ordenado e idealista de los mormones y la caótica ciudad Nezahualcóyotl.

Pero la cinta no solamente se queda en el plano religioso, también resalta la importancia de las relaciones personales de sus personajes, Ismael es narcisista y enfoca su atención en proyectar su carrera musical. Mientras que Violeta ve en la maternidad un símbolo de estabilidad y logro individual, por lo que decide romper con el pasado e iniciar una etapa diferente en su vida, encontrando en el amor incondicional de un hijo la orientación que requiere su vida.

Pero no todo es tan serio como parece ya que la película está contada en un tono claramente humorístico. De hecho el director hace énfasis en la importancia de hacer un cine que conecte con el público, que sea entretenido y barato (por aquello de recuperar al menos los inalcanzables costos de producción). Enderle, quien fue guionista de Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero (2014) asegura que nunca tuvo intención de hacer una película depresiva ya que considera que existe demasiada sordidez en el cine mexicano actual.

Minezota es una película de bajos recursos y desafortunadamente se nota demasiado. El desempeño de los actores es desigual y los números musicales son especialmente fallidos, ya que la mayor parte del tiempo resultan inaudibles. A lo anterior hay que sumar una cámara que se mueve demasiado y que por momentos, no solo es molesta sino que hasta marea. A pesar de todo, la obra de Carlos Enderle entretiene y tiene buenos segmentos de humor, pero es difícil decir si captó la esencia de la población que le da el título a su obra, pero eso lo juzgarán mejor los habitantes de esta populosa urbe, adornada (es un decir) por una enorme cabeza de coyote.

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