¿Cuántas carreras, vidas y relaciones se han terminado por una acusación falsa? Imposible decirlo, pero seguramente es algo más común de lo que parece. Teddy Lussi-Modeste, un director y guionista francés de origen gitano, aborda en su tercer largometraje este tema incómodo pero necesario: las acusaciones infundadas de una alumna hacia su profesor y las consecuencias que éstas tienen en la vida profesional y personal del docente.
Lussi-Modeste sabe de lo que habla, ya que alterna su labor como guionista y director, con la docencia, actividad que ejerce desde hace más de veinte años. Por si fuera poco, No hagas olas (Pas de vagues, 2024) está basada en una experiencia personal del director, quien sufrió una situación similar a la de su protagonista, mientras daba clases en el suburbio parisino Sena-Saint Denis.
El guion fue coescrito por Audrey Diwan (quien dirigió en 2021 la adaptación de El acontecimiento, novela de la premio Nobel, Annie Ernaux) y el propio Lussi-Modeste. Se centra en Julien, un joven profesor de instituto que es señalado de acosar a una estudiante. La parte acusadora es una joven introvertida, quien malinterpreta las risas pasajeras que provoca un comentario inocente. El acusado imparte la clase de francés, es enjundioso e idealista, pero juegan en su contra varios factores: su inexperiencia, su deseo de dejar huella y hasta su vida personal (tiene como pareja a una persona de su mismo sexo, algo que todavía no es bien visto entre algunos sectores de la población gala).
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Las causas de la acusación pronto salen a la luz. El profesor ha invitado un almuerzo a los estudiantes con mejores calificaciones, provocando el enojo de los más revoltosos. Es por ello que, cuando sale a la luz el caso, el grupo rechazado se dedica a esparcir rumores, sabotear las clases y hasta hacer declaraciones exageradas o descaradamente falsas a la policía.
Quizás el mayor mérito del filme es un guion que muestra el desarrollo irreversible y perfectamente creíble de la situación. Somos testigos de la manera en que la cautelosa incredulidad de los estudiantes se transforma en franca rebeldía y de cómo el apoyo inicial de la comunidad docente se va convirtiendo primero en apatía y después en un abierto rechazo.
El protagonista es humano y por lo tanto imperfecto, su deseo de hacer una diferencia (“quiero ser como el maestro que cambió mi vida”, arguye Julien), lo lleva a tomar decisiones que no son cuestionables, pero sí imprudentes, dadas las circunstancias. Su desesperación es palpable cuando vemos cómo la mayoría de sus compañeros le da la espalda, mientras su director le aconseja “no hacer olas”, en aras de no afectar su propio futuro profesional.
Con esta producción, Lussi-Modeste se suma a la lista de filmes recientes que retratan los retos y dificultades de la profesión docente en la Europa contemporánea y buena parte del mundo. Un trabajo en serio (Un métier sérieux, 2023) y La sala de profesores (Das Lehrerzimmer, 2023), son dos visiones distintas, que retratan acertadamente el cambio que han sufrido las relaciones entre profesores y estudiantes en las últimas décadas.
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Es una cinta que dista de ser perfecta, François Civil (un actor injustamente encasillado en papeles de galán), hace un gran esfuerzo, pero queda la impresión de que pudieron elegirá a un actor con un perfil distinto. También parece que un cierre menos abierto no le hubiera venido mal. Pero a pesar de lo anterior, No hagas olas es un filme construido manera efectiva y que consigue mantener el interés del espectador. Por si fuera poco, la cinta toca un tema controvertido que obliga a la reflexión, sobre todo en esta época en la que las redes sociales juzgan a las personas y las sentencian, sin conocer la información detallada de cada caso, a fin de cuentas, lo que importa es opinar.