¿Ya amaneció?
Francisco Valenzuela
Hace poco menos de un mes, el hoy candidato oficial del PRI Enrique Peña Nieto era el político con más posibilidades de convertirse en presidente de México. Dos cosas lo indicaban: una es que todas las encuestas lo ponían con muchos puntos por encima de sus más posibles contrincantes, y la otra, la manera en que el PRI ganó las elecciones en el Estado de México en 2011; una verdadera paliza, un carro completo como en los mejores tiempos de ese partido que llegó a ser calificado como la dictadura perfecta.
Con Televisa como su mejor aliada, el señor Peña Nieto parecía ir en línea recta y sin obstáculos rumbo a la Presidencia, parecía que no habría nada que lo impidiera, a menos, decían algunos analistas, que desde el gobierno federal se le lanzara alguna guerra sucia utilizando información privilegiada o vayan ustedes a saber qué.
Hasta el momento eso no ha sucedido, por lo que Peña Nieto tendría que seguir muy arriba en las encuestas y, literalmente, caminar sin despeinarse su copete hacia la silla de Los Pinos.
Sin embargo, lo que nadie imaginaba era que el ex gobernador del Edomex exhibiera tan pronto las carencias que hasta ahora solo conocíamos por algunas biografías no autorizadas. Aquello de que este señor sólo se manejaba públicamente bajo un guión escrito por sus asesores se nos hacía muy exagerado, pero, oh, joder, lo demostró tal cual en la FIL, lo ratificó al desconocer el salario mínimo y le sacó lustre con la ya inmejorable frase de “No soy la señora de la casa”.
Queda un semestre electoral que será emocionante. Vamos a ver cómo se mueven las encuestas y cómo evolucionan las campañas de López Obrador y quien finalmente abandere a los panistas. Sin embargo, lo que más me causa curiosidad es saber si las redes sociales de Internet (inexistentes en elecciones pasadas) son determinantes para definir la suerte de estos políticos. Hasta el momento Facebook y Twitter han sido plataformas para hacer pedazos al priista; todos los días surgen podcast, post, hashtags, videos, fotomontajes, falsa publicidad y demás ingeniosas formas para agrandar las pifias del mexiquense. Si la batalla se librara en el muro y el TL, la presidencia para EPN no estaría garantizada.
Pero no nos aceleremos. Para empezar, el acceso a internet en México sigue siendo pobre en comparación con otras naciones, y si de algo carecemos en este país es de memoria. No tarda en venir algún bochorno que haga olvidar rápidamente que Peña Nieto es inculto, ignorante y machista. O quién sabe, a lo mejor el poder de las redes sociales nos sorprende y genera un camino distinto al que ya todos daban como pavimentado.
Vamos a ver si la fuerza de una generación que vota por primera vez más los experimentados que saben el significado del PRI da como resultado una incalculable derrota de EPN.
Por lo pronto, la carrilla no para y Peña Nieto se sigue poniendo de pechito.