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Qatar 2022: los primeros encuentros (y bostezos)

Qatar 2022

Por Raúl Mejía

De una vez se los digo: jamás he visto una ceremonia de inauguración. Ni en olimpiadas ni en mundiales de futbol. Me aburren tanto como una misa, una fiesta de cumpleaños infantil, una boda religiosa, un velorio, una reunión en donde aparece un sujeto con guitarra y se pone a cantar o un partido de la liga MX.

Y bueno, la circunstancia en la que transcurren mis días me permite ver todos los partidos del mundial y me dije “no tengo nada mejor por hacer, vistas así las cosas, pos me los echo” y a eso dedico las horas y deshoras.

Los dos primeros encuentros me aburrieron de una manera formal e inobjetable. Diez minutos después de iniciado el encuentro inaugural entre Ecuador y Qatar me quedó claro lo infinitamente alejados de la realidad de los futbolistas del país sede. Son enternecedoramente mediocres. Los dueños de ese país no saben de futbol ni les importa. Saben de negocios y -en esta fase histórica del capitalismo salvaje e identidades volátiles- el mejor Qatar juega en Francia y se llama Paris Saint Germain. ¿Se necesita un qatarí en la alineación? No es necesario. Ya tienen a Messi. En fin, Ecuador ganó y es lo menos que podían hacer por su patria.

El siguiente partido al menos fue divertido por la goliza. Nadie esperaba milagros e Irán ni los tiene registrados. Inglaterra los atascó de goles y sólo detuvo la masacre para no cansar de más a sus jugadores. Partidos moleros y sin la menor importancia. Ideales para afinar detalles en las selecciones picudas. Un buen entrenamiento para los ingleses.

Más tarde me junté con Caliche/Raquel (ese par va “junto con pegado”) en un restaurante para desayunar y ahí, chismeando bien sabroso, sin molestar a nadie y mientras degustábamos unos chilaquiles con arrachera (ellos) y unos huevos divorciados (yo) disfrutamos el mejor encuentro hasta la fecha: Holanda contra Senegal. Para mi gusto los dos pasarán a la siguiente ronda y quedó confirmado: esta fase se administra.

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Los africanos, todo pundonor y fervientes devotos del “echaleganismo” mostraron ser perfectamente capaces de incomodar a cualquiera, pero al final gana quien tiene algo muy egoístamente repartido en el mundo: oficio, historia, colmillo, experiencia. Atributos aún lejanos a los esforzados senegaleses. Ganó Holanda, tal como lo prescriben los arcanos revelados y las buenas costumbres.

Ya en la calidez de mi hogar me puse a ver a los gabachos contra Gales. Me parecía un encuentro de trámite para los hijos del tío Sam porque los chicos de Gales nunca han incomodado a nadie en la historia moderna del futbol, es decir, nunca, pero ya ven cómo se las gastan los equipos de la CONCACAF y Estados Unidos nomás no pudo.

Tengo la sospecha sin asideros de una similitud entre el cotejo de USA y Gales con el de México y Polonia. Parejo, trabado y de pocos goles. Quien anote ganará. Se los restriego de una vez por todas: si México le gana a Polonia no será sorpresa… si perdemos, tampoco. Así de claro lo tengo.

Nota final: los desayunos en el restaurante del Café Europa del centro, en donde me junté con el dueto Raquel/Caliche a chismear, están bien chidos. Ahí veremos el partido más importante -por si estaban con el pendiente: México-Argentina.

Imagen: Photocapy/Flickr

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