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Sin violencia en Palestina

Por Oscar Celaya

Para Emad Burnat inició como un proyecto personal e íntimo: grabar el crecimiento de su hijo Gibreel; sin embargo, años más tarde ese propósito daría un enfoque distinto, se convertiría en un documental que retrata el conflicto que inició hace 7 años entre la región de Palestina e Israel por la construcción de asentamientos y un muro que divide a ambos habitantes.

Así, Cinco cámaras rotas (Five broken cameras, 2011) se convirtió en el filme que muestra a través de la no-violencia como estrategia, la resistencia de los palestinos ante la oposición israelí, donde Burnat pasó de agricultor a “el camarógrafo de Bil’in”, una pequeña aldea de Cisjordania donde se desarrolla la historia, donde la cámara se vuelve los ojos de los palestinos.

Dentro de la Gira de Documentales que Ambulante lleva por Michoacán, y en su quinto día de actividades llegó esta colaboración de Holanda, Francia, Israel y Palestina, con la co-producción de Emad Burnat y Guy Dividi. Además, se contó con la presencia de éste último donde al término de la proyección –que fue aplaudida por el público- ofreció una sesión de preguntas y respuestas.

Pero volvamos a Bil’in, donde sus habitantes se dedican al cultivo de olivos, donde permanece siempre el optimismo por recuperar esas tierras que les fueron arrebatadas, donde “levantan la moral aunque -lo saben-  no habita la esperanza”.

Otras aldeas cercanas se suman a las manifestaciones semanales, las construcciones avanzan del otro lado del muro, los soldados israelíes invaden cada vez más esa región de Cisjordania y la Franja de Gaza. Hay detenidos, heridos, muertes, incluso de niños, quienes también se resisten a la invasión. Los ojos del mundo voltean a ver el conflicto que va creciendo cada vez más.

Los militares logran evacuar de sus hogares a parte de los palestinos, Emad Burnat ve a través de su lente cómo sus hermanos y amigos son arrestados y encarcelados injustamente, sabe que sólo filmando podrá sanar esas heridas y proteger sus recuerdos, que necesita una piel dura como la de los elefantes para resistir la invasión.

Paralelamente a lo largo del filme, Burnat continúa con la grabación de su hijo Gibreel, a quien le explica la opresión de la cual son parte, y por la que hay que continuar luchando.

Separados por un idioma, una religión, pero al mismo tiempo unidos por una región, la mayoría de los  israelíes actúan como si no pasara nada, son la minoría quienes están conscientes del conflicto que arrastran desde hace varios años, detalla el co-productor Guy Davidi, quien en el año 2009 conoce el material que Burnat había logrado documentar sobre el conflicto, y luego de platicas deciden realizar este filme en conjunto que refleja la mirada de cientos de palestinos.

Sobre él, un israelí que participa en un proyecto que muestra cómo la invasión de su país afecta a la región de Palestina, Davidi reconoce que no ha tenido problemas con ello, aunque aclara que la mayoría de los hebreos podrían decir que el filme no es una buena crítica, y agrega que es por medio de las redes sociales por donde ha recibido algunas quejas al respecto.

A raíz del conflicto, cada año se celebra la “Conferencia Internacional sobre resistencia popular Palestina”, cuyo objetivo dar a conocer la lucha de la no-violencia en el mundo árabe, la última de ellas celebrada en ciudad de Bil’in, Hebrón, y Al-Quds, en Cisjordania.

Actualmente los enfrentamientos entre palestinos e israelíes continúan

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