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Sobre el FICUNAM, respuesta de Monterrosas a Roger Koza

José Antonio Monterrosas Figueiras:

Recuerdo sus intervenciones y también sus solapados ataques a mi persona en el Foro de la Crítica; no tengo problemas que lo haya hecho y tampoco con que persista en ello. En la medida que no se trate de calumnia y agresión física, el desacuerdo es siempre bienvenido, y si necesita usted del sarcasmo como retórica, también.

Señor Koza,

Ante todo un disculpa por mi respuesta tardía a tu réplica acerca de mi nota de la conferencia de prensa del FICUNAM número siete, pero tuve algunos días dignos de una docuficción de Lav Diaz. Respondo.

No son “solapados ataques” los míos a tu persona, sencillamente son comentarios críticos respecto a lo que he observado como periodista acerca del FICUNAM, festival que tú programas, así como el Foro de la Crítica Permanente, donde, reitero, quieres ser protagonista, no moderador.

En donde sí hubo “ataque” —así como llamas a las críticas contrarias al festival y tu labor— fue cuando dijiste, en el 2014, que no estabas «del todo seguro que en México se llegue a entender la importancia que un film mexicano gane en @FilmFestLocarno». Aquí tu comentario: https://twitter.com/rogerkoza/status/500609461799907328. Te refieres a la película Navajazo, del director Ricardo Silva, con la que recibió el premio a Mejor Cineasta en ese festival de cine en Suiza. Y de eso van mis “ataques” en el Foro de la Crítica Permanente. No nos subestimes.

Permítame corregirle algunos puntos de su nota: Lav Diaz no hace documentales -excepto uno que sí pasamos-. The Women Who Left, película que ganó el festival de Venecia 2016, es un drama. Es probable que existan –según su razonamiento- ficufanes en Italia, y también en Alemania, y en otros países que suelen programar sus películas, o quizás se trate tan sólo que Lav Diaz es uno de los realizadores más talentosos del cine contemporáneo y que a usted no le guste, lo que está muy bien. Pero pruebe con este film, hágame caso, si es que vio alguno anterior: éste tiene encuadres precisos, su progresión dramática es admirable y no resulta una película difícil de seguir. Usted me dirá que se requiere de paciencia, dada la duración. Es posible.

Lav Diaz ha hecho documentales o docuficciones de… ¿10 horas? Lo último que vi de este cineasta filipino fue un filme, que salvo el tremendo regaderazo que vemos caer sobre un auto quemándose, en la cuarta hora de la historia, que según intenta ser una lluvia que cae del cielo, el filme es interesante, pero no sé si volvería a verlo. Ya sabes a cuál me refiero. Créeme que he visto películas largas de Béla Tarr, Theo Angelopoulos —con el que, por cierto, conversé cuando vino a México en el 2004—, Nuri Bilge Ceylan, Lars von Trier o un documental sobre inmigrantes en Estados Unidos En Jackson Heights, de Wiseman. No es cuestión de paciencia es cuestión de tiempo. Hay vida afuera de la sala de cine, señor Koza.

El informe que usted publica aquí es un poco restrictivo. Nombra a Ancarani y a Agüero, pero se olvidó de nombrar a Luiz Rosemberg Filho y a Angela Schanelec. Son tres retrospectivas y un programa especial dedicado al director chileno que, como usted dice, es un tipo muy amable. Por cierto, en Chile sí conocen a Agüero en los círculos más cinéfilos, aunque tampoco es un cineasta famoso. No es solamente un problema con él: en los últimos años Raúl Ruiz dejó de ser un cineasta venerado solamente por la cinefilia. Son los propios chilenos los que dicen estas cosas.

No mencioné en mi “informe” a Luiz Rosenberg Filho y Angela Shanelec, dije que prometían Ancarani y Agüero, ¿habría que mencionarlos? Si a Agüero no lo conocen en Chile, pues por algo será, tal vez por ignorantes. Tampoco creo que necesiten conocerlo, claro está. Raúl Ruiz, que en paz descanse, pues ni siquiera vivía en Chile. En algún momento lo conocí en Morelia y he disfrutado mucho su cine. Incluso escribí algo sobre él.

Sobre la cita de Zappa al final de su nota: ¿qué puedo decirle? Sé que le gusta autodescribirse como cínico, y el uso que hace de la cita lo corona como tal. Lo destituye a usted también. Aquí, José Antonio, también tiene usted todo su derecho. O permítame el tuteo, ya que usted ya lo hizo: ¡Confiamos en tí, [sic] José!

Señor Koza, me pongo la corona y me la quito cuando yo quiera, no tengo problema al respecto, es más para acabar pronto, no intento ser el rey de nadie, ya sabes cómo somos los mexicanos de cínicos y parranderos. Y sí, yo hago cinismo tú programas un festival de cine y hablas hasta por los codos, no puedo olvidar aquella charla donde para preguntarle al maestro Jorge Ayala Blanco sobre cómo hacer la crítica de cine, lanzaste una disertación plúmbea, rebuscada, “poética”, que duró ¡20 minutos! Utilizando tus propias palabras, señor Koza, estás siendo “restrictivo” en tu comentario, también dije que para Zappa “todo el universo es una gran broma”.

Pero hay algo más interesante, no desarrollado, pero sí invocado en su nota que intenta (fallidamente) acercarse a la gran tradición del «arte de la injuria!»: el título. «El club de los cineastas progre”. En principio, una mínima corrección: cineastas progres o cineasta progre.

Este error, probablemente de tipeo, es lo de menos, pero lo que sí me interesa saber es la razón de su desprecio del término. En mi país está de moda, y un par de lúcidos críticos de cine con una excelente prosa suelen atacar ferozmente a la crítica de cine designada como progresista. Frente a esto, le quiero preguntar cómo considera usted al progresismo y cuál sería entonces el lugar de su enunciación. Si se desdeña el progresismo, la opción es bastante inmediata y lógica: se es reaccionario, lo que no debe ser motivo de vergüenza, como se suele a veces asumir. En otras palabras, ¿qué le llevó a titular así? Eso me interesa mucho.

Sobre los cineastas progre o progres, no te voy a explicar el chiste, podemos dejarlo como el Club Koza, si te parece. Te recomiendo, por otro lado, que veas a tu compatriota Peter Capusotto y su personaje padre progresista, tal vez ahí encuentres algunas señales. Te invito, por otro lado, a que no sólo vengas a programar un festival de cine a México, sino a que vivas por acá para que conozcas mi país. El mundo no sólo se conoce a través de sus películas y sus festivales. La cultura es más amplia.

Por otro lado, le recuerdo que tampoco dijo mucho sobre otras secciones y películas, y que se olvidó –para perjuicio de sus lectores- decir que el festival empieza con una de Terence Davies.

Olvidé decir muchas cosas, también que darán café gratis a las primeras personas que lleguen a la función de una película. Las “restricciones”, los “perjuicios” y las “injurias fallidas” son mías, no tengo empacho en ello. Y agradezco que mi nota haya dado para traerte aquí a discutir y ampliar los temas que seguro serán desarrollados en otras notas más adelante.

FICUNAM tiene siete años, no es obra de la casualidad mis comentarios, como dice el escritor Josep Pla: “La ironía, entre amigos siempre, trae cola”. Me pongo también esa corona que al mismo tiempo me destituye y que es un honor quitármela, señor Koza.

¡Ojalá coincidamos en el FICUNAM!

Este cínico José Antonio Monterrosas Figueiras

 

 

Aquí la nota original: FICUNAM y el club de los cineastas progre
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