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Sucedió en los sesenta

Revés está cumpliendo 15 años y como parte de las celebraciones hemos ido recuperando textos publicados en nuestra etapa de revista impresa. En esta ocasión les dejamos un breve recuento de hechos escrito por Adrián González Camargo en nuestra edición especial «Retro», aparecida en febrero de 2008 y en la cual le pedimos a los colaboradores viajar en el tiempo y revivir tiempos mejores.

I

2 de febrero de 1971. Este febrero ha sido un poco más frío que otros años para los republicanos y ya hay un mono en el espacio sideral. Hemos empezado la década de los setenta (y uno) aún con el dolor de la Guerra en nuestros hombros. En Francia siguen estando locos. Un joven director ha debutado: Jean-Luc Godard, que ha sido hasta ahora crítico cinematográfico. El argumento recuerda a esta reciente rebeldía, ejemplificado en casos como Rebelde sin causa. Hay algún estilo propio, una semilla nueva. Rapidez, fortaleza, sobre todo. Aparente incoherencia, fuera de toda ortodoxia. La sordidez es constante en este filme, presentándonos a un par de jóvenes que viven casi en la desgracia, a salto de mata. Un nuevo joven no muy guapo llamado Jean Paul Belmondo y una norteamericana, Jean Seberg, son nerviosamente dirigidos por este joven Godard, quien forma parte de esta nueva ¨Ola francesa¨ que parece haberse apoderado de todo el país galo. Bosley Crowther, del NYT, ha descrito el montaje de este joven como una Cacofonía Pictórica. Nada más acertado.

Jean-Luc Godard durante el rodaje de Sympathy For the Devil (One Plus One).  Foto: Larry Ellis/Getty Images

II

Al señor Stanley Kubrick lo conocíamos por un par de películas cortas que evocaban a un gusto muy personal. Vino una marea tan revolucionaria en la década que recién dejamos, que nuestros alcances humanos tuvieron que orillar a tantos artistas a que escribieran, filmaran, pintaran, dibujaran, esculpieran y demás sobre este nuevo paso, tan corto para el hombre y tan grande para la humanidad. Dentro de 30 años, el señor Stanley Kubrick, basándose en la novela homónima de Arthur C. Clarke, el hombre estará habitando el espacio sideral. La capital de los Estados Unidos ha sido la sede de la premier, donde hemos asistido. Algo hay en el ambiente que sabe a juventud y enojo. África cambia. Europa parece renacer. Al señor Kubrick le debemos buenas películas pero estamos seguramente en la cumbre de su filmografía. Entre Rock y LSD, algo tiene que tener esperanza, entre computadoras y satélites. El señor Kubrick no conoce de esperanza en la humanidad, por lo visto. Algunos esperamos que así continúe.

Stanley Kubrick en el set de Espartaco. Foto: Universal Studios Inc.

III

La fórmula secreta sigue siendo eso: un secreto de los ingredientes que la Coca-Cola posee, veneno negro que cada vez más jóvenes están consumiendo. Ahora la mezclan con ron. La fórmula secreta también es una nueva película, que escribió nuestro querido Juan Rulfo y que el joven poeta chiapaneco Jaime Sabines narra con su voz. Es dura y singular esta película de Rubén Gámez, filmada en blanco y negro, con superposiciones de imágenes, crueldad y poesía, crisol de un México que es tan rural como urbano, tan salvaje como dócil. Jamás olvidará la historia del cine mexicano esa magistral secuencia, donde el Invierno de Vivaldi acompaña a la persecución de un charro a un hombre en las calles del centro de la Ciudad de México.

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