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Talentos Ocultos: un mensaje que llega sin fuerza

Un gran éxito ha resultado hasta el momento la exhibición de Talentos ocultos (Hidden figures, 2016), segundo largometraje del director neoyorquino Theodore Melfi, quien debutó hace un par de años con la malograda comedia St. Vincent (2014). Al norte del Río Bravo, el drama histórico de Melfi ha recaudado más de cien millones de dólares desde su estreno a finales de diciembre del año pasado (su costo estimado fue de veinticinco millones). Claramente su desempeño taquillero se vio respaldado por sus nominaciones al Oscar en categorías importantes como: mejor película, mejor actriz de reparto (para Octavia Spencer), así como mejor guion adaptado.

Theodore Melfi coescribió el guion para su más reciente filme basándose en el libro Hidden figures: The story of de African-American women who helped win the space race, de la escritora estadounidense Margot Lee Shetterly, quien, como dato curioso, hasta hace algunos años residía en México (el texto está editado en español por Harper Collins con el título Figuras ocultas).

Ubicada en la década de 1960, la cinta cuenta la historia de tres mujeres afroamericanas que trabajaban en las instalaciones de la NASA en Langley, Virginia. En un mundo en donde apenas se estaban desarrollando las primeras computadoras, un numeroso grupo de mujeres realizaban todo tipo de cálculos apoyadas con lápiz y una simple calculadora. Esto en un contexto en donde la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética era un elemento fundamental de la Guerra Fría, mientras en el seno de la tierra del Tío Sam seguían vigentes las absurdas regulaciones impuestas por la segregación racial.

La película comprime y mezcla varios hechos documentados con elementos de ficción, con la finalidad de equilibrar la parte laboral de las protagonistas con su entorno familiar, lo que le favorece a la fluidez narrativa pero inevitablemente debe recurrir a algunos anacronismos y personajes que no existieron en la vida real.

Aunque solamente la actriz Octavia Spencer se vio reconocida con nominaciones a premios importantes (también lo estuvo en los Globos de Oro), lo cierto es que sus coprotagonistas Taraji P. Henson y la cantante Janelle Monáe mantienen un nivel similar en sus interpretaciones. El resto de los actores están a tono, incluso el actor Mahershala Ali, quien hace un papel menor en la cinta, está nominado por su participación en el melodrama Luz de luna (Moonlight, 2016).

Es evidente que Talentos ocultos toca temas importantes como el racismo y la discriminación laboral de las mujeres, pero lo hace de una manera tan obvia que su mensaje llega sin fuerza. Incluso la utilización de una paleta de colores claramente contrastante entre el ambiente frío dentro de las instalaciones de la NASA y el colorido de la vida social de las mujeres, nos da una idea de la simplificación por la que apuesta el filme.

La cinta dirigida por Melfi llega en el momento adecuado, pero desafortunadamente se ve limitada por su tono amable. Es un trabajo entretenido, pero es tal su afán de complacer a la audiencia que su desarrollo se siente carente de pasión y fríamente calculado, al igual que las cifras que se resuelven afanosamente las talentosas mujeres del título. Sin duda, es una de las apuestas más inofensivas para la próxima entrega de los premios de la Academia.

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