Por Lenin Cardozo
¿Le estamos dejando un legado positivo a las próximas generaciones? La pregunta parece compleja, aunque como escribe el autor de esta columna, tan sólo requiere de pequeñas acciones en lo individual o grupal.
En algún apartado rincón del universo centellante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más arrogante y falaz de la “Historia Universal”: pero, a fin de cuentas, sólo fue un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza, el astro se volvió rígido y los animales inteligentes debieron perecer.”
F. Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral
Una parte de nuestra vida transita entre sueños, anhelos y utopías. Otra se consume en tener presente. También, algo dentro de nosotros, busca dejar un legado, como testimonio de nuestra presencia en el mundo de los vivos. Para algunos, con dejar descendencia, unas que otras fotos, algún escrito o algún bien material, la misión está cumplida. La simplicidad de lo vivido les dio para eso. Para otros, el sentido de la existencia y de trascender como seres vivos de este planeta, pasa por hacer aportes sinceros para mejorar el mundo en que vivimos y crear bases que nos permitirá avanzar hacia un mundo mejor para los nuestros y el resto de las especies.
¿Es posible crear un mundo mejor desde el presente?
Un mundo mejor es una construcción dinámica y permanente que como generación, aun cuando nos disperse una cultura de las prisas, la administración de un presente que adsorbe una buena parte de nuestras energías, es el gran compromiso por la continuidad de la vida, que no debemos obviar, ni olvidar.
Contribuir a que las cosas cambien a favor no es tarea exclusiva de científicos, maestros, filósofos, poetas o estadistas. Usted desde su modesta trinchera de vida puede hacer su parte. Defender el ambiente, proteger sus especies, sembrar árboles, frenar el sobre consumo, impartir educación ambiental, entre otras. Es una manera de ponernos a trabajar para que ese mundo mejor ocurra. Todo lo que podamos hacer desde ya, será la verdadera huella.
Al final del ciclo, de este maravilloso perigranaje por la Tierra, diremos cuando en retrospectiva nos preguntemos ¿Qué hicimos para que este mundo sea mejor? Ojala que tu, amigo lector, junto a otros muchos más podamos decir que sí aportamos por mejorar nuestro único mundo.
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