Por Landy Liahut
Dentro de una sala en la que no cabía una persona más, ni en el piso ni en las butacas, el Festival Internacional de Cine de Morelia trajo para nosotros la 48a. entrega de este director. Con Alec Baldwin como elemento en común con su anterior entrega, Woody Allen decide retomar brillantemente el camino del drama y apostar por un guión en el que la crítica a la burguesía resulta lastimera, teniendo como resultado Blue Jasmine.
Jasmine es una mujer neoyorquina de la alta sociedad que lo tiene todo; una vida perfecta que ella misma se encargó de construir, hasta que de un día para otro, producto a los fraudes de su marido, se queda en la ruina. Sin ningún otro lugar a dónde ir, Jasmine se ve obligada a recurrir a su hermana, una mujer que no es más que la antítesis de ella misma. Con esto, Jasmine tendrá que explorar otras posibilidades que le permitan hacer de su vida algo más que el bien estructurado y aprendido papel de socialité que durante años jugó.
A través de una maravillosa dirección, vemos a una impecable Cate Blanchet interpretando lo que podría ser el papel que le daría su segundo Óscar. Blanchet se convierte en una montaña rusa de emociones, en momentos tan decidida a salir adelante por su propia cuenta y en otros tan resignada a dejarse hundir por el alcohol, la poca lucidez que le queda y los muchos recuerdos de todo lo que tuvo. Siempre crítica con la vida que lleva su hermana y reprochándole su conformismo al aceptar al hombre con el que piensa casarse, gracias a su mitomanía, Jasmine pierde la última oportunidad de recuperar la vida de lujos que tenía y con ello el último resquicio de cordura. Después de esto, lo único que queda es la sombra de una vida perfecta y los escombros de lo que por momentos fue una mujer en la cima de todo.
Con una serie de flashbacks a lo largo de la película, Allen logra hilar la narrativa presente y pasada de la historia, logrando que la protagonista y los que la rodean se conviertan en el foco de su crítica social sarcástica e irónica, cayendo un poco en los clichés de los estratos sociales. Sin duda alguna, Blue Jasmine es una perfecta combinación de dirección y guión por parte de Allen, convirtiéndose en una de sus mejores obras e imperdibles esta temporada.
Aunque aún no sabemos su fecha de estreno, seguro que pronto la veremos en las salas comerciales.