Icono del sitio Revés Online

Una más de búsquedas personales

Armando Casimiro Guzmán

Mi universo en minúsculas (2011) del cineasta capitalino Hatuey Viveros, tuvo un buen recibimiento durante la función de prensa, aunque esto pudo deberse en buena medida a la presencia de la actriz Diana Bracho, quien acompañó al director y parte del equipo de producción al finalizar la proyección.

La Ciudad de México se vuelve un personaje importante de cada una de las producciones cinematográficas que se filman en sus calles, sus plazas y sus estaciones del metro. En el caso de Mi universo en minúsculas, una joven catalana busca afanosamente al padre con el que vivió sus primeros tres años de vida, en una ciudad que no conoce y contando con únicamente con dos pistas: una vieja fotografía y una dirección (Juárez 37). “En la Ciudad de México hay una gran tradición de imágenes, sentí que podía hacer una especie de retrato de la urbe en esta película”, señaló Viveros.

La ópera prima de este director cuenta entre sus aciertos la elección de una protagonista que lleva muy bien el peso de la película y evita caer en enamoramientos gratuitos que hubieran dado al traste con el proyecto.“El personaje principal llega a una ciudad desconocida y nosotros queremos mostrar como la enfrenta. El amor no tiene parte en esta búsqueda”, comentó el realizador.

Por otra parte, la película se hace pesada en su duración y cae por momentos en lo insulso. Y desafortunadamente, Mi universo en minúsculas no logra escapar de la órbita de filmes de búsqueda personal que tanto abundan a últimas fechas: “Pertenezco a una generación de cineastas que buscamos sentido, identidad. Es por eso que en nuestras películas mostramos personajes que buscan y que caminan grandes distancias”, dice Viveros.

Y ahí queda Mi universo en minúsculas, ópera prima del CCC, un intento serio pero poco memorable.

 

Salir de la versión móvil