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Yo, él y Raquel; desde Sundance para México

Mientras en el Teatro Ocampo se llevaba a cabo la ceremonia de premiación de la decimotercera edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), en Cinépolis Centro iniciaban las últimas funciones de la sección de Estrenos Internacionales, entre las que destacó Yo, él y Raquel (Me and Earl and the dying girl, 2015), segundo largometraje del cineasta estadounidense de origen mexicano Alfonso Gómez-Rejón, el cual se estrenó con éxito notable en la pasada edición del Festival de Sundance, en donde se alzó no sólo con el Gran Premio del Jurado sino también con el Premio del Público.

ME AND EARL

Greg es un joven que gusta de pasar inadvertido en el complejo entramado social de la escuela donde estudia. Su único amigo es Earl, un “compañero de trabajo” con el que comparte su obsesión por las películas clásicas, de las que hacen montones de versiones propias en formato casero. Pero su mundo se ve completamente trastornado cuando su madre lo obliga a trabar amistad con Rachel, una compañera de escuela a quien le acaban de diagnosticar leucemia.

La película se basa en la novela homónima del escritor estadounidense Jesse Andrews, publicada en el año 2012 y editada en español por Nube de Tinta, con el nombre de Yo, él y Raquel (Un final para Rachel). El propio Andrews fue el encargado de elaborar el guion para la versión cinematográfica, proyecto al que se sumó al poco tiempo Gómez-Rejón.

Debido al material con que se contaba, parecía muy fácil caer en la tentación de hacer un filme melodramático y sensiblero al más puro estilo de Bajo la misma estrella (The fault in our stars, 2014). Sin embargo, el gran mérito de Gómez-Rejón estriba en la capacidad para encontrar el tono justo de la historia, equilibrar el drama con la comedia y resaltar el tema de la amistad, por encima del amor que va surgiendo entre los personajes.

Se distingue el trabajo de cámaras y de edición, la manera en cómo se va transformando la amistad entre Greg, Earl y Rachel se ve reflejado en las secuencias que se van haciendo cada vez más largas conforme avanza el metraje. De la misma manera, se va espaciando la frecuencia de las animaciones y se refuerza el juego de colores que representa a los protagonistas sin caer en la obviedad.

Me and Earl and the dying girl es un triunfo de Gómez-Rejón, ya que sabe convertir un guion espinoso en una película equilibrada y agridulce. Además es para resaltar el desempeño de los jóvenes actores Thomas Mann y Olivia Cooke, quienes hacen buena mancuerna en esta muy buena película producto del cine independiente estadounidense que ya se estrena en la cartelera nacional.

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