Paul Gauguin es reconocido como uno de los grandes pintores franceses del siglo XIX. Se le asocia con movimientos artísticos tan importantes como el primitivismo y el posimpresionismo, el cual tuvo una notable influencia en el arte moderno de principios del siglo pasado. La agitada vida de Gauguin ha sido llevada a la pantalla en varias ocasiones, entre otros podemos mencionar filmes como Paradise found (2003), protagonizada por Kiefer Sutherland y más recientemente Gauguin, viaje a Tahití (Gauguin, Voyage de Tahiti, 2017), que forma parte de la más reciente edición del Tour de Cine Francés.
Éste último es el segundo largometraje que firma el director y guionista Edouard Deluc, quien se dio a conocer hace algunos años con la comedia dramática Boda en Mendoza (Mariage à Mendoza, 2012). El drama biográfico sobre el pintor francés tuvo una recepción mixta por parte de la prensa y definitivamente no puede considerarse un éxito su paso por la cartelera francesa.
Comprimir en poco menos de dos horas la vida de un artista de este calibre era una tarea muy complicada. Es por ello que el guion, coescrito por el propio Deluc, se basa únicamente en la etapa que comprende el primer viaje del artista francés a Tahití. Se tomaron como base una serie de referencias históricas así como escritos del propio Gauguin, entre ellos, su famoso diario de viaje “Noa Noa”, el cual muchos especialistas en la actualidad consideran en buena medida producto de las fantasías del autor.
En 1891, Gauguin es un pintor reconocido pero carece de éxito comercial. En busca de nuevas experiencias e inspiración para su trabajo, Gauguin decide viajar a la Polinesia Francesa. Solo (su esposa Mette y su numerosa prole se niegan a acompañarlo), el artista se instala en una pequeña localidad al interior de la isla de Tahití. A pesar de sus numerosas dificultades económicas y problemas de salud, Gauguin, ya de 43 años, hace vida en común con Tehura, una joven local quien servirá de modelo para algunas de sus pinturas más conocidas. Cabe aclarar que en su libro, Gauguin describe a su musa como una adolescente de trece años, mientras que en la película se representa con una joven de mayor edad.
La diferencia de edades y culturas, así como las dificultades económicas y el carácter posesivo del pintor, darán pie a que la joven Tehura decida centrar su atención en un joven local. El surgimiento del triángulo amoroso añade tensión dramática al filme y pone en entredicho la utópica imagen de paraíso incorrupto que tenía Gauguin cuando arribó a la isla.
La obra de Edouard Deluc no es una visión muy arriesgada o novedosa sobre el pintor francés. Sin embargo, ofrece algo más que una descripción idílica de la vida del artista. Toca ciertos puntos interesantes como el machismo y el colonialismo como pensamiento predominante en la época. Además de los interesantes valores de producción, destaca también la intensa interpretación de Vincent Cassel, justo en el tono ideal para dar vida a una personalidad como Gauguin. Esta película es un digno cierre para la 22 edición del Tour de Cine Francés.