Por Omar Arriaga Garcés
Me siento muy tonta hoy. Distraída. ¿Y eso? No sé… me siento incomunicada, no tengo inter. Ayer me encontré a mucha gente, y pensé que te vería en otro lado, pero no. Iba a ir a los lugares donde supongo que andabas: a la Alameda. Ajá. Al Sound. Ajá. Al Magia Negra… Fui a El Ídolo de la Multitud, al Altar del Cielo, al Terciopelo Azul, después a mi casa. Vi a Marcela. ¿Cómo se veía? Pacífica, se veía bien, tranquila.
¿Dime, con quién andabas? Con Carlos, estábamos sentados en el café. Te vi cuando llegaste. Sí, me dijo Jonás que ahí andabas, me paré y fui a buscarte pero no. Me dijo, mira, ahí está. Te fui a buscar, con el pretexto de ir a comprar cigarros, me paré y fui a buscarte, pero desapareciste. ¿Y nada más fuiste con Carlos? No, había varios del trabajo y fueron llegando más, parecía reunión de familia. Fue la novia de Carlos. ¿Andrea? No sé cómo se llama, la que tiene un hijo. Sí, es Andrea. Órale, el mundo a veces parece ser pequeño, o hay demasiadas coincidencias. Todos nos conocemos, la ciudad es pequeña. No. Todos estamos tan entremezclados. Ranchito feliz. Y estuvimos platicando de cómo van las cosas. Varios me dicen, no te acerques a Martínez, pero se porta bien. Ayer estuvo invitando el alcohol. Dicen que es peligroso y siento como si me cuidara, algo raro. ¿Y por estar ahí con él no fueron o cómo? Exacto, nos quedamos hasta las dos y media, y ya era demasiado tarde para ir. Pero te extrañé mucho. Jajajaja, qué lindo. Es muy especial lo que dices, esa consideración; hay que tener confianza, a veces la gente nos sorprende.
Lo que tienes en tu perfil, maquinaria estelar. La palabra máquina me suena violenta. La palabra estelar, es muy suave. Eres muy sensible, niña. Oye, pero ahí dice, maquinaria. Claro que no. Sí, sí me había fijado, justo me acaban de hacer la aclaración. Pero sí dice maqiunaria. Recuerdo que una vez me dijiste algo parecido. Me siento aquí en la soledad, a ver quién se aparece. Una mezcla de sensualidad, ternura y hoy no le voy a hablar a nadie. Oye, recuerdas muchas cosas que te he dicho. Porque me importas. Ya siento tu presencia aunque no estés. Pues en este momento estoy sonriendo. ¿En dónde estás? En casa. Deja te visualizo un poco. Tengo cruda. Ji. Qué felicidad hacerte la cena te está invitando a iniciar el envío de imágenes de la cámara Web. ¿Deseas Aceptar (Alt+W) o Rechazar (Alt+X) la invitación? Has aceptado la invitación para iniciar el envío de imágenes de la cámara Web. Seeeeee. ¿Sabes? Yo también. No inventes, ayer salí con un amigo y andaba una chava que dijo ser hija del gobernador. El punto es que me besó. Y estuvo chido. Después de un rato lo hizo con un chavo en el cofre de un auto. No es morbo ni nada. Sólo que me impactó. Me cayó bien. Hasta me dijo, te voy a conseguir un súper trabajo. Ahm, y pues ya nos tuvimos que alejar para dejarlos solos. Pero me estaba muriendo de frío. Andaban súper mal. Digo, yo no quiero ponerme así. ¿Te puedo preguntar algo y no te enojas? Dime, lo que tú quieras, puedes preguntarme lo quieras. Siempre. Jajaja. ¿No te había tocado ver algo así? No le doy una connotación moralina a mi plática. La verdad me gustó. Pues hay cosas que no te esperas de las personas. Digo, a primera vista. El otro día me contó (ajá, no la conocía) una amistad, ¿esta bien que diga una amistad, verdad? Sí. Me contó que hasta le pagaron por eso. Jajajaja. Pues qué mal pedo. No, lo hizo por gusto. Hasta que terminaron le ofrecieron el dinero. Jajaja, bien, pues mientras le guste. A mí no me gusta el dolor ni nada de eso. Está bien loca. Sí, hay un punto en el que las cosas se salen de control. A ella le gusta ir hasta el final. Has dejado de ver imágenes de la cámara Web. Uy, aquí hace frío, y estamos a 26 grados. Antes de que empieces con tus conversaciones meteorológicas (jajajaja, dime pues), lo que iba a decir es que hay gente que es impredecible, que sorprende. Y estamos los demás, los que no hacemos nada.
Yo también me siento así. ¿Cómo así? A veces me da miedo. Me da miedo estar contigo, siento demasiado junto a ti y prefiero no hacer nada. Me paralizo. Me paralizas. Todos somos de alguna manera cuando estamos solos o cuando estamos con ciertas personas. Contigo me pasa eso. ¿Y qué sugieres? Me gustaría que conocieras todo, pero sé también que eso no es posible. Yo quiero conocer las otras partes. Me gusta estar contigo y te quiero. Me importas. Quizá por eso no lo hago. Buscas algo que tienes todo el tiempo frente a tus ojos. ¿Cómo que? No sé, cosas que no has visto. ¿Crees que no pongo de mi parte? No es eso. No puedo dejar de sentirme torpe junto a ti. No se puede experimentar en cabeza ajena, ¿no? Aunque sepas que uno va a caerse hay que caerse para aprender. Es eso que decías. No me dejaste seguir. Perdón. Dime. No. Ya se fue… Pensé que ya habías terminado. No sé, te veo y no puedo dejar de sentir que somos una especie de reflejo del otro. Sí, algo hay de eso. Yo también lo he sentido. Fascinante la gente. Sabes hablar. Me encantan tus gestos. No sé cómo puedes intentar controlar eso. Hay que saber elegir. Pero eso son obviedades. Y qué, la vida se sustenta en obviedades. Le dan sentido a todo. Si dijeras, esto es lo trascendente, o si me preguntaras Qué es lo trascendente, yo te diría Todo, todo es trascendente, incluso los detalles más pequeños, y así no tendría sentido lo del principio. Te entiendo. En fin, voy a comer, no tardo. Siempre me dejas así. Ja. Estás en tu casa, no hay problema. Tú me dejas a mí en la calle, desapareces, así que no te quejes. No pues sí, no me quejo. Bueno, ahorita vuelvo. Ok, bye.