Son varias las novelas de autores galos contemporáneos cuyas adaptaciones cinematográficas han pasado por alguna de las 27 ediciones del Tour de Cine Francés. Es el caso de Tres días y una vida (Trois jours et une vie, 2019) de Pierre Lemaitre; al igual que La biblioteca de los libros rechazados, de David Foenkinos, que llegó a las pantallas con el nombre de El misterio del Sr. Pick (Le mystère Henri Pick, 2019), solo por citar dos ejemplos recientes.
Miente conmigo (Arrête avec tes mesonges, 2022), basada en la novela de Philippe Besson, se suma a la larga lista de adaptaciones que llegan a México gracias al Tour. La obra de Besson, que ha sido todo un éxito de ventas (más de 150 000 copias tan solo en Francia), está publicada en español con el más acertado título Deja de decir mentiras, editada por la joven editorial valenciana La Caja Books. No es la primera vez que una novela de este escritor francés se lleva a la pantalla grande, hace veinte años Patrice Chéreau dirigió Su hermano (Son frère, 2003), con la que ganó el Oso de Plata en Berlín.
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Para la cinta que nos ocupa, el propio Besson escribió el guion, en colaboración con el director Olivier Peyon. La historia transcurre en un área rural de la región de Charente, famosa por sus paisajes agrestes y sus viñedos. El escritor Stéphane Belcourt (un correcto Guillaume de Tonquédec), ha aceptado la invitación para presidir las festividades que conmemoran dos siglos de una conocida empresa vinícola. Reticente al inicio, Stéphane mira con desconfianza el lugar donde pasó su adolescencia, 35 años atrás. Pero al poco tiempo de llegar, el sonido de una vieja motocicleta estimula el recuerdo de su primer amor, un chico rudo al que le perdió la pista cuando abandonó el pueblo para proseguir con sus estudios.
El metraje nos cuenta dos historias que avanzan de manera paralela. Por una parte, la del escritor que llega como celebridad al lugar que lo vio nacer, por la otra, la de dos jóvenes estudiantes de liceo que se descubren como almas gemelas, pero que deciden mantener su relación en secreto debido a los prejuicios imperantes en la Francia rural de mediados de los años ochenta. Ambas historias se cruzan cuando, en lo que parece ser un encuentro accidental, Stéphane conoce al joven Lucas (Victor Belmondo, nieto del conocido cineasta Jean-Paul Belmondo), quien resulta ser hijo de su antiguo amor.
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Conforme ambos se conocen mejor, queda claro que el noviazgo adolescente ha dejado secuelas tanto en el escritor, como en el único hijo de su amante. Stéphane revela a regañadientes que su vida amorosa es un desastre, escribe sobre el amor, pero no sabe aplicarlo en sus relaciones. Mientras que Victor se vio afectado por el distanciamiento de su padre, quien rara vez habló de su pasado y al final terminó ahorcándose en la soledad de su departamento, negándose en todo momento a reconocer sus preferencias sexuales.
En algún momento el protagonista recuerda que siempre le gustó contar historias, al grado de que su madre le espetaba, no sabemos si en serio o un poco en broma, “¡para de decir mentiras!”. Pero a pesar de su vocación ficcional, el escritor reconoce que toda invención tiene su origen en la realidad. De hecho, la novela de Besson está basada en sus años mozos, cuando se enamoró perdidamente del hijo de un granjero.
De esta manera, el autor y su personaje no solo se funden en una ficción, sino que se reconocen a sí mismos como individuos imperfectos, tal vez contradictorios, pero capaces de amar. Con esta película Olivier Peyon se estrena en el Tour, destaca por su historia entrañable y bien estructurada que sortea con éxito los peores vicios del melodrama, para situarse entre lo mejor que nos trae la muestra francesa en su vigesimoséptima edición.