¿Qué harías si supieras que te quedan unos meses de vida? Es una pregunta cuya respuesta estaría en función de las circunstancias de cada persona. Algunas optarían por emprender un último viaje o pasar más tiempo con sus seres queridos, pero en el caso de Mélanie, la protagonista de Un toque de amor (Une pointe d’amour, 2025), la respuesta es menos obvia, ella quiere perder la virginidad en un burdel español.
La película, que forma parte del 29 Tour de Cine Francés, es el largometraje debut de Maël Piriou. Es una comedia dramática que narra el viaje de dos abogados discapacitados hasta España, con la intención de tener relaciones sexuales por primera vez en sus vidas. En el viaje los acompaña un exconvicto con un proceso pendiente, que además de chofer, cumple con las funciones de enfermero y consejero emocional.
El origen de esta historia se encuentra en las experiencias del estadounidense Asta Philpot, un hombre que nació con artrogriposis (una enfermedad que contrae y deforma las articulaciones de quienes la padecen). Durante un viaje a España se enteró que había un burdel que facilitaba el acceso a personas discapacitadas, después de visitarlo decidió compartir su experiencia.
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Meses más tarde volvió al lugar acompañado de un ciego y de un paralítico. Esta vez, la experiencia fue registrada en el documental de la BBC, For one night only (2007). Desde entonces Philpot se ha dedicado a defender el derecho de las personas discapacitadas a tener una vida sexual activa, aun cuando deban pagar por ello.
Las experiencias de Philpot inspiraron el filme de ficción Hasta la vista (2011), dirigido por el belga Geoffrey Enthoven, con un guion de Pierre De Clercq. Desde entonces se ha versionado en varias ocasiones aplicando ligeras variantes: en los Países Bajos con el título Adiós amigos (2016), en Estados Unidos, Come as you are (2019) y hasta en Indonesia, Why do you love me (2023). Después de verlo por primera vez, Piriou decidió que también quería hacer su propia versión, aunque decidió tomar distancia de la original, aún reconoce el crédito de De Clercq.
En Un toque de amor, los protagonistas no son tres jóvenes calenturientos, sino un par de abogados jóvenes confinados a una silla de ruedas. Benjamin (Quentin Dolmaire), ha perdido el entusiasmo y sobrevive en la inmovilidad sin salir de casa de sus padres, mientras que Mélanie (Julia Piaton), ejerce con soltura su profesión y busca el amor en aplicaciones de citas. El origen de su discapacidad es muy distinto, Benjamin sufrió un accidente en la playa que lo dejó tetrapléjico mientras que Mélanie sufre una grave enfermedad degenerativa.
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El trío se complementa con Lucas (Grégory Gadebois, en una de sus tres apariciones en este Tour), un exconvicto gruñón que acepta llevar a los jóvenes a España en su vieja camioneta, a manera de pago por los servicios legales de su caso. Lucas es un gran observador y sabe interpretar los deseos de sus pasajeros. Sus apuntes sensatos son los que al final conducen al desenlace esperado.
Podría pensarse que el tema de los derechos sexuales de las personas discapacitadas es un punto central de la trama. Sin embargo, conforme avanza el metraje la cinta se enfoca en los sentimientos de los dos jóvenes protagonistas, la discapacidad pasa a segundo término. A diferencia de las versiones previas, las situaciones humorísticas ceden terreno a la melosidad. Al menos Piriou es sincero, no considera que su trabajo contribuya mucho al debate, solo busca hacer una cinta entretenida y lo cierto es que lo consigue.