Señorita Masturbación
Ilustración de Kutzy Romero
Alias: El Chalequero. Nombre: Francisco Guerrero. Víctimas: comprobadas, 20, presuntamente 22. Período: 1888-1908. Lugar de asesinatos: Colonia Peralvillo, México D.F. Estatus: muerto en prisión.
Hace mucho tiempo que no fumo, pero últimamente en DF llueve incesantemente, el humo me da una sensación de calidez, me acerco a una tienda, compro unos Faros, una caja de cerillos y me siento en un parabús de Río Consulado ¿el rumbo? obviamente, Peralvillo, me imagino este sitio años atrás, solitario, sin el túnel del metro, sin tantos autos, de noche debió ser un páramo inmenso. Corría 1880, cuando Francisco Guerrero, “el Chalequero”, quien ganó su apodo por el dicho popular “a chaleco” que quiere decir: a fuerza, a la de a huevo pues… también por su vestimenta: pantalones muy estrechos, fajas de color, chalecos con agujetas al frente, chaquetas charras y zapatos de guapo, sí señoras y señores, era un chulo mantenido por golfas. Perpetró más de 20 crímenes, cerca del barrio de Peralvillo, todos sin excepción fueron sumamente violentos. ¿Las víctimas? mujeres…putas de las de la Ciudad de México. Él mismo relató que no le costó trabajo aniquilar a sus víctimas: las abordaba, les solicitaba el encuentro sexual, las violaba, apuñalaba…con precisión de carnicero o cirujano (es lo mismo) las degollaba, tiraba los restos en los alrededores de Río Consulado.
A diferencia de otros criminales, “El Chalequero” no trató de ocultar su identidad, cuando lo detuvieron no chistó en decir su nombre completo. Un 13 de junio del año 1888 lo aprendieron. En Londres, Jack The Ripper también ponía al revés a la sociedad londinense y al mundo. Francisco Guerrero fue aprehendido y condenado a muerte, el Presidente Porfirio Díaz cambió la sentencia a veinte confinándolo a la prisión de San Juan de Ulúa. Dos décadas más tarde “El chalequero” quedó en libertad. Cuatro años duró, o al menos nunca se le encontró culpable de crímenes entre 1904 y 1908. Como si se tratara de una fecha especial para este singular personaje, fue nuevamente arrestado un 13 de junio pero de 1908, puntualmente 20 años después de la primera detención. Los cargos: asesinato, violación y decapitación de una mujer de la tercera edad. Lo sentenciaron a muerte en septiembre de ese año pero falleció en 1910 mientras esperaba su ejecución. La sombra de Chalequero ronda aún en los bordos. Han aparecido putas muertas y degolladas en baldíos, callejones y hoteles de este DF, el «Chacal de Xochiaca» criminal aprendido hace poco, también gusta de estrangular a sus víctimas y cortarles la garganta.
El crimen no tiene estética, quien vea estética en él es romántico, necrófilo, nerd o seguramente nunca ha visto un cuerpo tasajeado, ni olido la sangre podrida, un olor asqueroso que nunca se olvida, tampoco el rictus de dolor de un cuerpo violado, decapitado, inútil….el criminal poco sabe de estética o arte. Matar a alguien no es un arte, si fuera así, los cuerpos, las pruebas y los asesinos estarían en vitrinas de museo, pero vivos, no de cera, como en la chafísima Expo de Asesinos Seriales y Pena de Muerte. Las personas deberían dejarse tasajear, después de todo se encueran gratis por un idiota gringo ¿no? Resultaría más sabroso que se dejaran tasajear por un serial killer en vivo y pagar la entrada…en estos tiempos todo podría ser arte, si yo orinara un libro y lo vendiera ¿sería mi arte? ja, el arte me aburre, sólo los aburridos nos aburrimos. Necesito tomar un curso para pintar tazas de té, el llenar expedientes y tomar fotos de cadáveres me está dañando. Siempre que veo un cuerpo muerto, desfigurado, violado, destrozado con saña, cortado, mutilado, con moretones que van del verde al violeta, de ahí al rojo, naranjas fantásticos amarillos o azules, creo que el asesino está aplicando erróneamente sus desviaciones, traumas, neurosis, esos cabrones serían buenos modistos (as) reposteros, carniceros, meseros, curitas, abogados, etc, pero creo que la vida les propinó una patada severa en el culo.
Personalmente creo que la ley del aborto que acaban de aprobar es una genialidad, sin darse cuenta, están evitando traer al mundo más asesinos seriales. ¿De qué comerán ahora los reporteros de nota roja? ¿Tendrán por fin que ponerse a trabajar en otro oficio diferente al morbo bien pagado? ¿Serán relegados a comentaristas de espectáculos? No estaré para verlo, pero imaginarlo es divertido, mientras tanto, observo la cajetilla de cerillos, pongo polvos de arroz con los que suelo maquillarme sobre la hermosa caja, es pequeña, rectangular, con cerillos de madera, miro las huellas y pienso en los asesinos, en sus familias si las tienen, en los vecinos horrorizados, pienso en Río Consulado en 1888, en tantos nombres de matones y matonas, en su desesperación, creo que en el fondo estos asesinos (as) fueron llevados a matar por malos rollos, malas vidas, malas mujeres, como dice mi buen amigo La China: “Todo buen hombre ha caído en la perdición por culpa de una mala mujer.” Aplico lo mismo para los hombres. El asesino es víctima del desamor, ahí tienen a “El Pelón Sobera”, un matón de Tacubaya, asesinó mujeres debido a que las odiaba, su mujer le puso los cuernos, encontró redención matando, al final le fue mejor con su puestito de dulces en la cárcel de Lecumberri. Si existen los punks vendiendo dulces en la glorieta de insurgentes ¿por qué no un serial? Ya les contaré de este tierno serial muy pronto…
“La Fotografía Forense permite la presentación de dictámenes debidamente ilustrados. Faculta gráficamente la comprensión y sirve de sustento a su más sólida fundamentación”