Sin hacer mucho ruido llegó a la cartelera 118 Días (Rosewater, 2014), largometraje debut del comediante, productor y ahora director Jon Stewart.
Por Armando Casimiro Guzmán
Quizá es más conocido por su trabajo como conductor en el programa The Daily Show, una parodia de noticiero que se transmite por el canal Comedy Central. La película se estrenó en noviembre en los Estados Unidos y desde entonces no la ha pasado nada bien en la taquilla. A México llegó a las pantallas debido a la aparición de Gael García Bernal en el papel principal de la película.
118 Días, se basa en el libro Then they came for me, escrito por el periodista iraní-canadiense Maziar Bahari (en colaboración con Aimée Molloy, sin edición en español), quien en el año 2009 viajó a Teherán para cubrir las polémicas elecciones presidenciales de Irán.
El empleado de la revista Newsweek comenzó a reportar las tumultuosas manifestaciones que siguieron a la dudosa elección de Mahmud Ahmadineyad quien representaba el sector más conservador de la sociedad iraní, frente al candidato progresista Mir-Hosein Musaví, quien era seguido por una mayoría de estudiantes y profesionistas.
La cobertura noticiosa de Bahari llamó la atención de la policía secreta de Ahmadineyad que no dudó en utilizar un segmento cómico de una entrevista para The Daily Show y acusarlo de espionaje además de encerrarlo durante 118 días (de ahí el título en español) en una prisión del país asiático.
No es casualidad que Jon Stewart haya elegido esta historia para su ópera prima, el segmento que utilizó la policía para encarcelar a Bahari fue grabado para su programa. Tiempo después, cuando se publicó el libro del periodista, Stewart calificó como “increíble”, la manera en que el autor conectó la historia de su encierro con su vida familiar y la habilidad para recoger los detalles de su captura, como el perfume de rosas (de ahí el nombre de la película en inglés) que utilizaba su captor.
A pesar de su ágil narrativa hay varios aspectos que juegan en contra del filme, entre ellas la utilización de diversos recursos digitales que únicamente refuerzan su tono amable y entretenido, muy acorde a lo que muestra Stewart en cada emisión de su show televisivo. Por otra parte, puede entenderse que la elección de Gael García para interpretar al periodista de origen iraní pueda resultar creíble para el público estadounidense, pero lo cierto es que no es del todo convincente para quienes hemos visto mucho de su trabajo previo.
118 días es una de esas películas cuya importancia radica en su temática (en el epílogo de la cinta se hace un recordatorio de las miles de personas que siguen encarceladas debido a sus opiniones políticas y cuyos casos escapan a la cobertura periodística a nivel mundial). Desafortunadamente la ligereza y hasta sentido del humor de la película contrastan negativamente con el dramatismo del tema que se nos plantea. De tal manera que el debut en la dirección del comediante neoyorquino dista mucho de ser memorable, es un aporte demasiado tibio para una cuestión que requiere algo más que buena voluntad.