Por Francisco Valenzuela
Extraños son los tiempos de la burocracia, tan raros como un reloj que de pronto se detiene y luego se le mueven sus manecillas, como queriendo resucitar. Estamos en agosto, el octavo mes del año, y en conferencia de prensa, la secretaria de Cultura, Silvia Figueroa, da a conocer el Plan de Trabajo 2017 de la dependencia. Rodeada de algunos de sus funcionarios y con un poco de retraso, la exrectora nicolaita expone en un power point una danza de cifras y miles de pesos que operarán en el cierre de año. Antes, advierte del ya conocido socavón financiero en el gobierno estatal y aduce que la falta de dinero se puede sustituir con creatividad, con “otras formas de financiamiento, buscando a instituciones amigas para firmar convenios”, y pone de ejemplo una firma con el Colegio Nacional para emprender acciones en conjunto.
El secretario técnico de la Secum es el encargado de presentar brevemente el Plan de Acción Cultural 2017, un plan, dice, “que se viene preparando desde principios del año” y que incluye tanto recursos estatales como federales. Habla sobre el rescate de mucho dinero que ya se había dado por perdido, dice que el Plan contempla 22 acciones, que algunos recursos que debían ejercerse en 2016 tienen prórroga para aplicarse ahora, que habrá dinero para programas dirigidos a escuelas, que se apoyará a algunos festivales, que está confirmado un millón de pesos para la Feria del Libro y más tarde Figueroa dirá que esa feria coincidirá con el regreso del Encuentro de Poetas del Mundo Latino.
Difícil anotar todas las cifras, la presentación pasa muy rápido y el funcionario habla de corridito, porque su jefa le ha pedido brevedad para luego pasar a las preguntas de los reporteros. Esperemos que nos pasen la información por correo, y en tanto, se siguen escuchando planes y más planes: once millones de pesos para fondos mixtos, otros tantos para patrimonio y espacio cultural.
A la pregunta sobre si la Secum solicitará el mismo presupuesto del año pasado a los diputados, Silvia Figueroa pide “que la Secretaría sea mejor tratada”, pero no da indicios de cuánto dinero están solicitando para operar en 2018; “muy pronto se los daremos a conocer”, promete. Una reportera le pregunta por qué diablos (bueno, no usó este término) presentan su plan hasta ahora, y la respuesta es que tuvieron que rascar recursos perdidos, solicitar una tercera adenda y eso lleva su tiempo, su tramitología con abogados, contadores y administradores. “Antes de que nos autorizaran los recursos no podíamos anunciar nada, y ahora lo tenemos que ejercer ya, o no nos darán una cuarta adenda”, advierte, y le pide a sus empleados ponerse abusados y no perder más tiempo con papeleos en oficinas.
La secretaria es siempre una política que hace diplomacia periodística, a cada pregunta inicia con un “qué bueno que lo señalas” o “tu inquietud es muy importante”, y aunque a veces da muchas vueltas, responde con calma y sin prisas. Añade que la Secum acompañará a festivales como el de Música de Morelia, el Feratum y el de Órgano, aunque en sí no hay una partida para ellos, tendrá que ser una ayuda especial basada en ampliaciones presupuestales.
La auditoría al CMMAS, un mito
Después de una serie de reportajes periodísticos donde se evidenciaron malos manejos en la administración del Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS) el entonces titular de la Secum, Salvador Ginori, afirmó que se había ordenado una auditoría para detectar posibles irregularidades en esa subdirección. Sin embargo, al parecer esas revisiones nunca se llevaron a cabo, o la menos la nueva secretaria no está enterada. “A mí no me han entregado nada, yo ni sabía de esto, he escuchado de la fuente periodística, pero resultados no tenemos. Si alguna vez nos llega, con gusto les hacemos llegar los resultados”.
Imagen dañada
Para gran parte de la comunidad artística en Michoacán, la Secum ha perdido hasta su razón de ser: se trata de una dependencia quebrada, que no paga, que se sigue endeudando y solo tiene negativas cuando se le pide algo. ¿Cómo van a contrarrestar esa imagen tan negativa? Dice Figueroa Zamudio que es cierto, que la actual administración está pagando los platos rotos de deudas que datan desde 2008, “reconozco que algo pasó, se ha debilitado la relación institucional con los creadores; el amor se demuestra con apoyo, entonces tienen razón, pero quiero iniciar una nueva etapa con los creadores, poco a poco, esto no se va a revertir en un día, se va lograr en la medida en que sepamos responder como Secretaría de Cultura y como gobierno del estado”, concluye la doctora.