Antonio H. Vargas
En el marco del vigésimo noveno Festival de Música de Morelia, la Orquesta Sinfónica del Estado de Michoacán (Osidem) presentó un programa por demás interesante. Con localidades agotadas, el teatro Ocampo fue la sede de dicho concierto cuyo programa constó de cuatro compositores mexicanos, tres de ellos vivos y dos presentes. Una de las obras con la etiqueta de estreno mundial.
La Osidem ha tenido en el último año una serie de problemas en aspectos económicos, sindicales y de talento; puede decirse que ha sido instable en todos los sentidos. Pero ello no impidió que el nuevo director Alfredo Ibarra guiara por un sendero escabroso a la dicha orquesta.
Abrieron el concierto con una obra del legendario compositor moreliano Miguel Bernal Jiménez: Alborada, donde éste demuestra su talento y su amor por México imprimiendo en la partitura el nacionalismo, que es una de sus líneas de creación artística, la otra es la composición de música religiosa.
La siguiente obra que presentó fue Concierto para violín y orquesta, del compositor Héctor Infanzón, quien por cierto estuvo presente. El solista invitado fue nada menos que el virtuoso violinista Willian Harvey, de nacionalidad estadunidense, quien actualmente se despeña como concertino del la Orquesta Sinfónica de Sinaloa. Cabe resaltar que la interpretación del violinista estuvo muy lúcida; que en momentos parecía que era quien dirigía a la orquesta, dejando de lado a su director posiblemente por la falta de ensayos, algunos problemas que hubo con la partitura y la adaptación de éste con los músicos.
Después del intermedio vino el estreno mundial de Efemérides surrealistas, del compositor Leonardo Coral, una obra sin duda importante en la música académica mexicana, ya que consta de tres movimientos. Es considera un poema sinfónico a la manera de un viejo filme, en el que celebran fechas diluidas por el tiempo. El último movimiento: “Tren Fantasmal” está basado en un corrido olvidado. Las percusiones y los metales fueron tocados con una fuerza impresionante y el compositor también estuvo presente en el ya mencionado teatro Ocampo.
Finalmente cerraron con una obra de Eduardo Angulo: Siute Hoofers, una obra multisonora donde algunos ritmos latinos como el jazz, el tango, la salsa y el folklore mexicano hacen gala. En esta interpretación, Orquesta y director marcharon perfectamente.
Dicen los que saben que éste ha sido el concierto más trascendente del Festival de Música de Morelia 2017, pues presentó un repertorio netamente mexicano de obras desconocidas y compositores contemporáneos, tres de ellos vivos, quedando claro que la música mexicana tiene un lugar preponderante en el mundo.