Este 3 de abril se dieron a conocer los trabajos ganadores de los Premios Ortega y Gasset de Periodismo 2018. Uno de ellos es el realizado por la dupla Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI), conocido como “La Estafa Maestra”, investigación que desnudó el desvío de recursos públicos a través de empresas fantasma en el gobierno mexicano, un desfalco que ronda los 400 millones de dólares.
Miriam Castillo, Nayeli Roldán y Manuel Ureste, coordinados por Daniel Moreno y Salvador Camarena, elaboraron este complejo trabajo de investigación que ahora les merece el tan prestigiado premio, sin embargo, en los hechos su hallazgo periodístico no se ha reflejado en acciones concretas para hallar responsables de este quebranto.
Según informa el diario El País, entidad que entrega este premio, “el jurado ha destacado el valor y la profundidad de la investigación, realizada a lo largo de nueve meses en seis estados diferentes, y que detalla los sofisticados mecanismos de corrupción del país. También ha resaltado la importancia de la colaboración con Mexicanos contra la corrupción y la impunidad, que permitió sacar adelante el proyecto y que es un signo de los nuevos tiempos que vive el periodismo y la sociedad civil en México”.
La Estafa Maestra
Si es que no lo han leído a fondo, en este link está todo el entramado de “La estafa maestra”, donde se denuncia que de acuerdo a las cuentas públicas 2013 y 2014, se detectaron contratos ilegales por 7 mil 670 millones de pesos, de los cuales se “extraviaron” 3 mil 433 millones.
Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad hallaron que un total de 186 empresas recibieron esos 7 mil 670 millones, pero 128 de ellas son “fantasmas”, pues varias no tienen infraestructura, personal ni figura jurídica para recibir recursos públicos, y en el colmo de los colmos, muchas de éstas ni siquiera existen.
Este fraude millonario (que como apuntó Animal Político, hace ver a Javier Duarte como un principiante) se operó principalmente en once dependencias, entre otras la Secretaría de Desarrollo Social, el Banco Nacional de Obras y Petróleos Mexicanos. En todos los casos el gobierno federal encargó trabajos a universidades públicas, que a su vez subcontrataron empresas particulares. Esta triangulación dejó millonarias ganancias a las instituciones educativas y otras tantas para empresas que no existen, cuyos dueños ficticios viven en colonias populares y habrían sido utilizados como prestanombres.
Sin castigo
Hasta hoy, los titulares de las dependencias que orquestaron este fraude siguen impunes, y no solo eso, continúan cobrando como funcionarios públicos sin que se les toque una pluma. Rosario Robles, quien estaba al frente de la Sedesol, hoy es la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) donde repitió las mismas mañas, pues de acuerdo a la Auditoría Superior de la Federación desvió mil 700 millones de pesos en 2016, utilizando más empresas fantasmas y entidades estatales que la validaran. Robles es una de las favoritas del presidente Enrique Peña Nieto, tanto así, que ante estos dos casos de corrupción no sólo la ha mantenido en su gabinete, sino que la respaldó con la ahora inmortal frase “No te preocupes, Rosario”.
Otra entidad pública partícipe de estos fraudes ha sido Pemex, cuyo entonces titular Emilio Lozoya también está involucrado en presuntos sobornos con la transnacional Odebrecht, pero cuyo peso político lo ha librado de la cárcel. Al igual que Sedesol, en Pemex se hicieron contratos millonarios con universidades públicas que subcontrataron a empresas inexistentes, todo con el fin de desviar dinero, mucho dinero que originalmente estaba destinado a trabajos que nunca se realizaron.
El otro funcionario de alto rango involucrado en la Estafa Maestra es Alfredo del Mazo Maza, quien como director de Banobras en 2013 firmó convenios por 491 millones de pesos involucrando a la Universidad Autónoma del Estado de México y su Fondo de Fomento y Desarrollo de la Investigación Científica y Tecnológica. Este fondo subcontrató a dos empresas particulares y una de ellas, por qué no, hizo otras contrataciones con entes fantasmas. De acuerdo a la investigación, de los casi 500 millones de pesos solo se comprobó el 1.18 por ciento, del resto, no hay nada, ni rastro. ¿Y el titular de Banobras? Feliz, hoy es gobernador del Estado de México tras una de las campañas más sucias de las que se tiene memoria en el de por sí México mágico.
Animal Político reportó recientemente que aunque la PGR mantiene abiertas varias investigaciones, no ha ejercido acciones contra nadie:
“La Procuraduría General de la República (PGR) tiene abiertas hasta hoy 21 averiguaciones previas y carpetas de investigación relacionadas con un esquema sistemático de presunto desvío de recursos, en la administración de Enrique Peña Nieto, que involucra a dependencias federales, instituciones públicas y empresas fantasma, pero hasta ahora, ninguno de los casos está consignado y no hay funcionarios acusados”.
Tal como sucedió con La Casa Blanca, ese reportaje de Aristegui Noticias que desnudó los excesos de Peña Nieto y su esposa, La Estafa Maestra comienza a cosechar premios internacionales tras su investigación en equipo con Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad. Qué orgullo, ambos casos demuestran que en el país el periodismo de investigación goza de buena salud, y al mismo tiempo, deja en claro que a este gobierno todo se le resbala, no importa cuánto se le exhiba, cuánto se le demuestre, para ellos, los gobernantes al mando de EPN, las cosas buenas cuentan mucho, pero no se cuentan.