La historia sobre una organización clandestina llamada «La Cuarta Compañía» llegó a oídos del cineasta Amir Galván por ahí de 2005. Según le contaron, se trataba de un grupo de internos del penal de Santa Martha Acatitla que salían a delinquir a las calles bajo el manto protector de la policía encabezada por el Negro Durazo, en la época del impresentable López Portillo. Pero además, esos internos jugaban al futbol americano y eran buenos, muy buenos.
Galván invitó a su colega Mitzi Vanessa Arreola para que escribiera el guion y juntos dirigieran una película que muchos años después ganó premios y ya se ve en salas de cine.
“La historia era tan buena que nos cuestionamos si era real o una leyenda urbana”, cuenta Vanessa para los lectores de Revés Online. Así que juntos emprendieron una ardua investigación que incluyó testimonios, documentos, expedientes, grabaciones y todo lo que se pudiera rescatar para el armado de un rompecabezas que después de tanto tiempo por fin se puede ver en salas comerciales.
Y es que desde 2017 que obtuvo diez Arieles, todos nos preguntamos cuándo podríamos ver La 4ª Compañía y cuál era su encanto como para arrasar con estos premios y haber ganado, un año antes, en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
El guion
Los Perros entrenan duro en Santa Martha porque les han prometido que saldrán a otros campos para medirse contra rivales de distintas ligas en México. Sin embargo, esas no serán las únicas visitas a la calle, pues los directivos del penal bajo la orden del Negro Durazo implementan un modus operandi que incluye asaltos bancarios y robo de vehículos ejecutados por esos perros de ataque.
Para la estructura del guion, Vanessa puso como personaje protagónico a Zambrano (Adrián Ladrón) un joven de 20 años experto en robo de autos, amante irremediable de lo ajeno, pero también apasionado por el futbol americano, así que cuando es recluido en el penal de Santa Martha hará hasta lo imposible por formar parte de Los Perros. “Quería que la temática central de la película fuera la pérdida de la inocencia, narrar el proceso de un joven inadaptado que en vez de reformarse se hunde más; esa mirada, la de Zambrano, fue el boleto de entrada para contar este capítulo de la historia de México”.
La producción de la cinta tuvo acceso a todos los expedientes penitenciarios de quienes formaron esa Cuarta Compañía, por lo que pudieron conocer detalles de cada integrante, sus antecedentes, la evolución de su proceso, comportamiento dentro del penal, entre otras cosas. Pero también les facilitaron los expedientes técnicos, donde analizaron el perfil social y psicológico de los internos, desde test de personalidad hasta perfiles a fondo. Así, las características de los personajes que vemos en la cinta están lo más apegados a la realidad, esa cruda verdad en los tiempos de López Portillo y su intocable hombre al mando de la policía.
Sobre la delgada línea entre el documental y la ficción, Vanessa nos cuenta: “La película te refiere a toda una época (la década de los 70) donde ya había presencia de la guerrilla urbana en el país, de ahí que uno de los personajes sea Combate, quien representa a estos jóvenes idealistas que cae en la cárcel por oponerse al sistema. Absolutamente todos los personajes de la película existieron, solo agregamos algunas cosas de ficción como parte de la trama, pero el tratamiento de cada uno tuvo un trabajo documental, periodístico, basado en fuentes confiables y expedientes oficiales”.
Pero la búsqueda no paró ahí, pues recurrieron a las hemerotecas, platicaron con especialistas en penales penitenciarios y con historiadores, fueron a fonotecas y buscar videos de la época. La cosa era tener bien amarrada la historia para finalmente dividir la cinta en tres subtramas: la gesta deportiva de Los Perros, la vida en prisión de Zambrano y el modus operandi de un grupo condenado a siempre ser delincuentes. “La 4ª Compañía sí es un documento, creo que cuando las obras de ficción toman elementos del documental se vuelven muy sólidas, gana validez y a la vez son muy emocionantes”, añade Arreola.
El rodaje
Para terminar de darle realismo a la historia, sus productores decidieron grabar en la misma prisión de Santa Martha Acatitla e invitar a varios internos para que fueran parte del rodaje. No fue sencillo, y a pesar de que los centros penitenciarios de México están considerados entre los más peligrosos en el mundo, en 2008 implementaron talleres de cine en materias como apreciación cinematográfica, actuación y guionismo: “Nos lo tomamos muy en serio, los internos escribieron guiones para cortometrajes y aunque no se pudieron grabar, la experiencia quedó ahí. Las clases de actuación fueron maravillosas porque además coincidieron con otro taller de actuación para teatro, y había internos que tomaban ambos, lo que convirtió a Santa Martha en un centro cultural”.
Hace unas semanas se proyectó la película en el penal y tuvo una calurosa recepción. “Sus reacciones son muy distintas a la que puede tener el público en general; para ellos la violencia es algo cotidiano y no les impacta tanto ver escenas de ese tipo, lo toman con más naturalidad, pero sí se conmueven, el fondo de la historia, más allá de la acción, es lo que los conmovió”.
No es Hollywood, es México
Aunque La 4ª Compañía narra una gesta deportiva, un triunfo como consecuencia del esfuerzo colectivo que vence la animadversión, no es esa clásica cinta taquillera donde el espectador aplauda a héroes deportivos. “No tiene un final hollywodense, sino el de la realidad, tenemos que contar nuestras historias como son, porque este es nuestro país: queríamos contar un relato emocionante, pero al mismo tiempo realista, contar que en la vida real el deporte puede ser canalizado en función de la virtud, pero también para fines distintos”, finaliza Arreola.
La 4ª Compañía
Dirección: Mitzi Vanessa Arreola/Amir Galván Cervera
Fotografía: Miguel López
Protagonistas: Adrián Ladrón, Andoni García, Hernán Mendoza, Gabino Rodríguez, Darío T. Pie, Manuel Ojeda.
Estreno nacional: 5 de abril. Cinépolis Distribución.