Todo sucedió muy rápido: en pleno 2 de octubre el presidente electo Andrés Manuel López Obrador le guiñó el ojo al escritor Paco Ignacio Taibo II para que dirigiera el Fondo de Cultura Económica, pues a inicios de septiembre Margo Glantz había declinado el cargo, o “renunciado” a él, como escribió en pleno despertar de octubre desde su cuenta de Twitter.
Como si se tratara de una pretemporada de futbol donde corren los rumores para que se refuercen los equipos, hace unos meses todo indicaba que el creador del detective Belascoarán Shayne sería el secretario de Cultura de la Ciudad de México, incluso detalló varias acciones que pensaba realizar una vez que Claudia Sheinbaum asumiera el gobierno de la capital, sin embargo, ya con la victoria en la mano, la morenista decidió darle el puesto a Alfonso Suárez del Real, y entonces Taibo aceptó el cambio de planes aduciendo que su amigo era mucho más organizado para un cargo de ese nivel.
La sorpresa llegaría con el tuit de Glantz, quien en su momento había aceptado la invitación de López Obrador e incluso dijo sentirse fuerte y lúcida, por aquello de sus 82 años de edad. Ante la declinación, el próximo presidente volteó hacia el polémico Taibo II, que ha puesto condiciones para llegar al Fondo de Cultura Económica: no renunciar a su proyecto Brigadas por la Libertad, no dejar de escribir y tampoco renunciar a su actividad de formación política al interior de Morena.
Pero lo que ha llamado la atención del video que grabó para dar a conocer públicamente su respuesta afirmativa a la invitación presidencial, es que acepta no conocer cómo funciona esa institución, “no tengo en las manos ninguna preparación, tengo que ponerme a estudiar toda la estructura relacionada con el aparato del Estado, la situación económica de la empresa, la política editorial hasta ahora, la situación de los trabajadores (…) se abre una etapa para mí de ABC”.
Una situación similar pasó en el sexenio que agoniza con Luis Videgaray al momento de ser nombrado secretario de Relaciones Exteriores, pues al no ser un diplomático de carrera, no le quedó más que aceptar que no conocía las entrañas de la dependencia, “se los digo de corazón y con humildad: vengo a aprender de ustedes, vengo a hacer equipo con ustedes”, dijo ante quienes se convertirían en sus compañeros de trabajo. En ese momento, las redes sociales explotaron contra tremendo gesto de sinceridad y miles de mexicanos cuestionaron cómo era posible que un hombre sin experiencia en ese rubro enfrentaría las embestidas de Donald Trump.
Ahora es distinto, pues para muchos mexicanos, sobre todo escritores y artistas en general, el nombramiento del escritor de novela negra es muy acertado, ya que tiene mucho prestigio como hombre de letras y el detalle de no conocer cómo funciona el FCE es eso, tan sólo un detalle.