Una de las razones fundamentales para que el gobierno federal haya suspendido recursos para asociaciones civiles es que en el pasado reciente muchas de ellas abusaron de los donativos otorgados. El mecanismo era sencillo: cada año la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados brindaba recursos a diestra y siniestra.
Los beneficiados eran asociaciones civiles, fundaciones, ferias, festivales y cuanta figura nos imaginemos. Muchos de esos proyectos fueron loables y cumplieron sus metas, pero otros tantos hicieron un negocio lucrativo, se convirtieron en una mafia cultural a la que nadie tocaba.
Modus operandi
Gracias al cabildeo, al influyentismo y desde luego al “moche”, diversas organizaciones de la sociedad civil crearon festivales fantasma, comprobaron sus actividades con fotografías falsas, inflaron cotizaciones, pagaron a medias a sus proveedores o simplemente no les pagaron. A finales del año pasado, la mencionada Comisión de Cultura quiso aplicar la misma mecánica. Había un recurso extraordinario por 500 millones de pesos, los cuales se iban a distribuir entre instituciones y organizaciones de la sociedad civil (OSC) mediante la partida S268.
Ahí es donde, entre muchos otros, apareció el nombre de Elena Poniatowska (o su fundación) como beneficiaria con 5 millones de pesos. Pero había muchos más: festivales, talleres, conciertos, restauraciones, digitalizaciones, etcétera. Quienes presentaban varios de esos proyectos no eran unos novatos; al contrario, se trataba de asociaciones con años de experiencia, pero no necesariamente de prestigio. Durante mucho tiempo sus cabildeos rindieron frutos, pero algún día se les iba a terminar esa inagotable llave que salpicaba dinero y no exigía resultados.
Finalmente, el gobierno federal decidió reasignar esa partida extraordinaria a fondos concursables, dejando atrás una larga lista de fraudes. Pero queda la duda: ¿se castigará a las asociaciones civiles donatarias que dañaron al erario y los políticos cómplices? Por lo pronto, algunas de ellas ya están bajo investigación y aquí les contamos uno de esos casos.
Bajo sospecha
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) dio a conocer una amplia investigación sobre probables daños al erario público ocasionados por asociaciones civiles. Los auditores visitaron algunos lugares donde supuestamente se realizaron eventos, pero no fue así. Entrevistaron a autoridades que reconocieron sus firmas falsificadas, platicaron con artistas a quienes no les pagaron y recibieron información que revelaba fraudes económicos a costa de la actividad artística. Como muestra, hay dos asociaciones que en realidad forman un solo grupo dedicado única y exclusivamente a bajar donaciones sin entregar nada a cambio y sin que hasta ahora se les hubiera llamado a cuentas.
Instituto Romero Mac Gregor AC
Esta asociación civil ha sido beneficiada por muchos años con cuantiosas cantidades de dinero, todas provenientes de la Comisión de Cultura en la Cámara de Diputados. En la revisión que hizo la ASF, se encontró un donativo por 8 millones y medio de pesos. De ellos, se le dieron 2 millones para el “Festival Mexa de Corazón” y 2 millones y medio para el “Festival de la Muerte”, ambos a realizarse en la entonces delegación Milpa Alta de la Ciudad de México. Lo que los auditores encontraron fue un soberano fraude, pues no hubo evidencias de que los eventos se hayan realizado, pero sí de que se falsificaron firmas del Director General Jurídico y de Gobierno de esa delegación.
Otros 4 millones de pesos le fueron donados a Romero Mac Gregor para la realización de la “Caravana Cultural del Bajío”, la cual se llevaría a cabo en municipios de Jalisco y Aguascalientes. Pero nada de eso pasó. Los miembros de la AC llevaron como prueba los oficios firmados por cada alcalde, pero en todos los casos se trató de firmas apócrifas y hasta formatos distintos a los que se utilizan.
Drama, Voz y Movimiento
Según la investigación de la ASF, Romero Mac Gregor estuvo vinculada con otra AC bajo sospecha: Drama, Voz y Movimiento, que tan solo en un año obtuvo donativos por 8 millones y medio de pesos. El proyecto “Temporada Cultural” prometió realizarse en la delegación Miguel Hidalgo, para lo cual se donaron 2 millones y medio de pesos, sin que nunca se haya comprobado su realización.
Para el Festival “Rompiendo las Barreras del Sabor”, esta organización se embolsó 4 millones de pesos y supuestamente organizaría un evento en la Plaza de la República de la Ciudad de México. Cuando la ASF les pidió comprobantes, primero dijeron que por cuestiones ajenas el proyecto se había cambiado a Córdoba, en Veracruz, pero al mismo tiempo le entregaban a la Secretaría de Cultura un informe de actividades del evento realizado (siempre sí) en la CDMX, proporcionando fotografías de espectáculos ajenos realizados en Argentina, Chile y España. Obviamente, cuando los auditores visitaron al municipio de Córdoba, nadie tenía idea de ese proyecto.
Por si fuera poco, dicha AC también fue beneficiada con 2 millones de pesos para organizar el “Festival Cultural de Los Reyes”, en Puerto Vallarta, Jalisco. El resultado es el mismo: no hay pruebas de que lo hayan realizado y nadie tramitó permisos para que se llevara a cabo. En resumen: de todos estos proyectos por los cuales se erogaron 17 millones de pesos, ninguno se realizó, el par de asociaciones civiles se quedó con todo el dinero y la Secretaría de Cultura federal dio por válidos sus comprobantes.
El vínculo de las asociaciones
La forma de operar de Romero Mac Gregor y Drama, Voz y Movimiento ha sido coordinada. Ambas asociaciones tienen vínculos en común: comparten los mismos proveedores, sus direcciones coinciden e incluso los accionistas llegan a ser las mismas personas. Y no trabajan en otra cosa, pues de acuerdo al ejercicio fiscal 2017, todos los ingresos de ambas AC provienen exclusivamente de los donativos aportados por la Secretaría de Cultura.
Los integrantes de la AC Drama, Voz y Movimiento son, a su vez, accionistas de los grupos Terrícolas Anónimos S. de R.L. de C.V.; Grupo Comercial Dixa S.A. de C.V. y Juca Advertising, S. de R.L. de C.V. Esas tres empresas fungieron como sus proveedores por un monto de casi 6 millones de pesos, como lo reporta la ASF. Adicionalmente, uno de los asociados de Romero Mac Gregor también lo es de Dixa, Juca y Jumel de México S.A. de C.V.
Además de que en este entramado de empresas hay parentescos de primer grado, la Auditoría detectó que Terrícolas Anónimos y Juca Advertising comparten el mismo domicilio. Pasa algo similar con Romero Mac Gregor y Dixa: idéntico domicilio en la Ciudad de México. Entre Juca y Romero también han existido acciones de compra-venta de bienes y servicios por casi 8 millones de pesos, según esta investigación. Todo esto constituye actos de autobeneficio, lo cual contraviene las disposiciones de la Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil.
Depósitos extraños
Luego de revisar estados bancarios, la ASF detectó que las 4 empresas supuestamente proveedoras (Terrícolas, Dixa, Juca y Jumel) cobraron más de 19 millones de pesos por prestación de servicios. Esa misma cantidad se la depositaron posteriormente a accionistas de Drama, Voz y Movimiento, a uno de la Institución Romero Mac Gregor A.C., así como al despacho jurídico Romero Mac Gregor y Asociados S.C. Ellos tienen la misma dirección que la AC del mismo nombre. Una dirección, por cierto, sólo en papeles oficiales, pues como se reportó en una nota del portal mexico.com, los domicilios de todas estas empresas no corresponden a la realidad.
En su primera investigación, la Auditoría Superior de la Federación calcula un daño al erario por 63.5 millones de pesos. Es el producto de varios proyectos fantasma, pero la cantidad podría ser mucho más elevada.
Imagen de portada: Nick Ares/Flickr