Los números son tan fríos que los medios de comunicación y sus lectores se acostumbran a ellos rápidamente. Lo mismo da si son contagios de Covid o personas asesinadas. La cifra ha de salir como cabeza de una nota que luego se pierde entre la vorágine informativa. Menuda paradoja: las notas sobre gente muerta tienen muy poco tiempo de vida.
Michoacán es el segundo estado donde más gente muere de forma violenta y las historias cambian día con día. El martes, en Morelia un taxista fue asesinado en la colonia Guadalupe, entre las calles Octava y Tlatelolco, frente al Hotel California, homónimo de aquella canción de Eagles. Ese mismo día, pero cerca de la Universidad Tecnológica de Morelia, se encontró el cadáver de una mujer de entre 20 y 25 años, cubierto por una cobija y atada a una cadena.
Son tantos los asesinatos, que algunos de los muertos no tienen la suerte de ser reclamados. La Fiscalía General del Estado (FGE) pidió ayuda a los ciudadanos para reconocer el cadáver de una mujer encontrada en la colonia El Sabino, misma que presentaba huellas de violencia.
La víctima tenía entre 30 y 35 años, 1.61 metros de estatura, tez morena, complexión delgada, cara ovalada y cabello castaño y largo. Frente mediana, cejas arqueadas, semipobladas separadas y ojos medianos color café. Nariz recta de base mediana, boca mediana de labios medianos, mentón oval y pabellones auriculares triangulares con lóbulo separado.
Además, cinco tatuajes entre los que se encuentran una rosa, un círculo tribal, un dragón, un hada, un niño y la frase “W LOVE”, así como una cicatriz de 20 centímetros sobre la línea media abdominal.
Muertos todos los días, a todas horas
La semana ya había comenzado mal en la capital del estado. El lunes, la policía tomó el reporte de vecinos de la colonia Industrial, quienes escucharon varios balazos en la calle Cobalto. Cuando las patrullas arribaron a la zona ya era muy tarde, pues un hombre de entre 40 y 45 años de edad no vivió para contarlo.
Más o menos a la misma hora, pero en el fraccionamiento Arko San Antonio, un hombre yacía muerto en un lote baldío, entre las calles Caucos y la Calera. No es la primera vez que un hecho así ocurre en ese lugar. Basta una búsqueda por Google para saber que el 6 de febrero de este mismo año otro hombre fue asesinado entre la avenida de Las Garzas y el retorno Algodón. En tanto, el 5 de marzo del año pasado hombres armados ejecutaron a otro cerca de la Secundaria Técnica 155, no sin antes torturarlo.
Al parecer, los habitantes de Arko San Antonio ya se acostumbraron a ver cadáveres, pues el 10 de diciembre de 2020 apareció uno más en un terreno baldío de la colonia que irónicamente se llama Mi Lindo Michoacán.
Los muertos anónimos están en todas partes. En Ciudad Hidalgo, una mujer y dos hombres aún sin identificar fueron víctimas de tortura antes de ser ejecutados. Ella tenía unos 22 años de edad, mientras que a sus acompañantes se les calculó 35 y 45; en la cabecera municipal, ya se cuentan 9 asesinatos tan solo en febrero.
Ni con despliegue de soldados
En Zamora, donde cientos de soldados patrullan las calles todos los días, entre el 13 y 14 de febrero se registraron tres atentados, con saldo de un menor de 13 años herido, además de un hombre de 30 y otro de 20 asesinados.
Y apenas este miércoles, un hombre que caminaba por un paraje de la ciudad de Los Reyes se encontró con una escena dantesca. Al abrir una bolsa abandonada, vio una cabeza humana en su interior. De acuerdo a las autoridades, en esa zona también se encontraron restos de perros y gallos, como si de un panteón multiespecies se tratara.
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió en su mañanera que los homicidios dolosos bajaron en enero, en Michoacán ha ocurrido lo contrario. Datos del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) detallan que en la entidad hubo 234 asesinatos de este tipo, 30 más que los reportados en ese mismo mes, pero del 2021.
Solo el Estado de México tiene más crímenes que Michoacán, mientras que en todo el país 2 mil 427 familias perdieron a uno de los suyos. Aunque, como ya se apuntó, no en todos los casos hay la posibilidad de velarlos y habrán de terminar en la fosa común.
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Imagen: Cortesía Policía Michoacán