La inauguración formal fue el sábado por la tarde con Bardo, lo nuevo de González Iñárritu. Pero las actividades de esta edición comenzaron horas antes con Decision to leave (Heojil kyolshim, 2022), la más reciente película de Park Chan-Wook, que no se hacía presente en las salas desde hace seis años. Su estreno en la más reciente edición del Festival de Cannes le valió el premio a Mejor director y muy buenos comentarios de la prensa que cubre el quisquilloso certamen francés.
La historia tiene algunos elementos básicos del policial de antaño: el crimen, el detective concienzudo y obsesivo, así como la mujer seductora y peligrosa que lo lleva a cuestionar su antes intachable comportamiento profesional.
Se divide en dos partes, cada una con un crimen distinto y un enfoque diferente del protagonista, el detective Hae-jun. En la primera, un hombre maduro ha caído de una montaña mientras practicaba escalada. Todo parece indicar que ha sido un accidente, hasta que el comportamiento indiferente de la joven viuda, las señales de violencia doméstica, así como su nebuloso pasado, ponen en alerta a los policías.
Sin embargo, las horas de seguimiento y el insomnio van tendiendo puentes entre perseguidor y sospechosa. Poco a poco encuentran cosas en común, hasta que resulta imposible reconocer las evidencias y el afligido detective decide tirar la toalla, evadir la responsabilidad y volver al lado de su esposa (sí, es casado), en una pequeña ciudad de las montañas.
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Hay ciertas constantes en el cine de Park Chan-Wook, el crimen y las tortuosas relaciones que se tejen entre los involucrados, son algunas de ellas. Desde su trilogía de la venganza hasta la compleja historia de estafas, sexo y asesinatos en el marco de la ocupación japonesa de Corea en La doncella (Ah-ga-ssi, 2016), encontramos personajes oscuros e inmorales, que buscan resolver sus inquietudes, a menudo pasando por encima de quienes les rodean.
“En el momento en que dijiste que me amabas, tu amor se terminó. En el momento en que tu amor se acabó, el mío comenzó”. Es la frase que, aunque se dice en la parte final de la película, sirve de parteaguas al relato. Porque un segundo crimen persigue al detective, un hombre ha sido apuñalado y su esposa es la misma misteriosa mujer del primer caso.
Aunque el protagonista es el agente de la ley, lo cierto es que todo el relato gravita en torno a la mujer. Seo-Rae es una inmigrante china (“soy china, mi coreano es insuficiente”, repite a modo de mantra cada vez que se presenta), que sabe ganarse la atención de hombres violentos y posesivos. Un agente de migración que pone en orden su estancia en el país y un truculento agente de negocios que la lleva hasta donde se encuentra su centro de atención. De oficio enfermera, coquetea con la muerte brindando reposo anticipado a mujeres mayores, incluida su propia madre.
Cargada con vistosas transiciones, en donde los personajes se hacen presentes en la siguiente acción, mientras siguen sus diálogos en otra escena, la película de Park Chan-Wook es un thriller y es también la historia de dos amantes. Son dos almas gemelas a las que los unen los crímenes, hasta que uno de ellos decide hacerse a un lado para evitar que el otro siga rompiéndose en pedazos.